El 59% de los españoles considera que las personas ricas "no son decentes" y el 51% está de acuerdo con la afirmación de que "cuanto más tienen los ricos, menos hay para los pobres". Este es el diagnóstico general realizado por el escritor y analista político y económico Rainer Zitelmann (Frankfurt, 1957), que acaba de publicar en España su libro Los ricos ante la opinión pública, editado por Unión Editorial.
A lo largo del volumen, el escritor presenta y analiza los resultados de una encuesta internacional, encargada por el autor a Ipsos MORI y el Instituto Allensbach. Este sondeo mide las opiniones que tienen de los ricos los ciudadanos de España, Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia, Reino Unido y Suecia.
"Los prejuicios contra los ricos no solo van contra quienes más tienen, sino que causan un grave daño a la sociedad en su conjunto. Si la gente insiste en convertir a los ricos en un chivo expiatorio al que endosarle cualquier problema, se hace mucho más difícil encontrar soluciones reales a los problemas reales que enfrentamos hoy en día. Cuando la política económica está impulsada por la envidia social, esto puede conducir a una disminución significativa de la prosperidad y llegar a impedir reformas necesarias para la prosperidad de todos", sostiene Zitelmann.
"Materialistas, arrogantes…. y trabajadores"
La encuesta concluye que las personas ricas parecerían ser, a menudo, entes deshumanizados a quienes se describe como autómatas, robots o, en el mejor de los casos, seres fríos y calculadores.
En promedio, el 44% de los alemanes atribuye rasgos de personalidad negativos a los millonarios, cifra que ascendió al 28% en Italia o al 36% España. Los calificativos más repetidos entre los encuestados de los seis países son "materialista, arrogante y atrevido", pero también "trabajador".
Impuestos "muy altos" a los ricos
La mayoría de los ciudadanos aprueba la imposición progresiva e incluso propicia que la progresividad se acentúe todavía más hacia los ricos. En concreto, el 43% de los españoles considera que los impuestos a los ricos deben ser muy altos. En el plano internacional, en Francia y Alemania este porcentaje es aún mayor, mientras que Suecia, donde en su día sí hubo una fiscalidad muy progresiva, se defiende lo contrario y hay una mayoría social en contra de tales medidas.
Envidia social
Otro de los conceptos que incorpora el cuestionario de Zitelmann es el del cálculo de coeficiente de envidia social, un indicador desarrollado para medir la proporción de personas envidiosas y no envidiosas en los distintos países del mundo y de la que Zitelmann dice que el pensamiento de "suma cero", según el cual la riqueza debe distribuirse de manera más equitativa para que todos puedan estar mejor, es su principal impulsor. Cuanto mayor es este indicador, mayor es la proporción de envidiosos en la población de un país.
Francia lidera el ranking (1,26), seguida de Alemania (0,97). La envidia social es significativamente menor en Estados Unidos (0,37), España (0,43) y Reino Unido (0,42). Italia (0,62) ocupa un término medio, aunque se sitúa más cerca de los británicos y estadounidenses que de los franceses.
Los jóvenes tienen una percepción más positiva
Por edades, los jóvenes españoles (menores de 30 años) tienen una percepción más positiva de los ricos que los mayores de 60. Así, el coeficiente de envidia social para los menores de 30 años en España es de 0,47 y asciende a 0,67 entre los que tienen más de 60.
Una posición completamente opuesta en Estados Unidos, donde los menores de 30 presentan un coeficiente de envidia social de 0,56, frente al 0,28 de la franja de 60 años. En Italia y Alemania, el índice se dispara en los mayores de 60 años, superando en ambos casos el 1,30.