La fuerte erosión sufrida por el tejido productivo en España en los dos años ya casi cumplidos desde el estallido de la pandemia deja un horizonte, en plena recuperación, en el que la creación de empleo se podría ver limitada en el medio plazo. Concretamente, a finales del pasado 2021 -últimas cifras oficiales disponibles-, nuestro país registraba 77.831 empresas menos de alta en la Seguridad Social. Pero es más, si observamos la sangría de cierres que se experimentó en los peores meses de la pandemia, los del confinamiento en los meses de marzo y abril de 2020, solo se han podido recuperar el 40% de todas esas empresas que cesaron su actividad.
En esos dos meses se llegaron a registras 133.757 bajas en el Sistema. Desde entonces, se han recuperado un total de 55.926 sociedades, lo que significa que el el 60% del tejido destruido no se pudo recuperar, por lo que se han visto abocados al cierre.
En este punto, advierte el economista Daniel Lacalle el impacto en el mercado laboral de esta circunstancia, y el horizonte financiero complejo que encarna la finalización de la moratoria para la devolución de los créditos ICO concedidos por la pandemia en los dos últimos años. "Menos empresas en el tejido productivo supone un menor potencial de creación de empleo", apunta el experto sobre esta circunstancia.

En este sentido, recuerda Lacalle que estas empresas de alta en la Seguridad Social, aunque en su mayoría corresponden a pymes en proporción con la distribución en función de tamaño de la composición de empresas en nuestro país, muchas de ellas son empleadoras, por lo que esta caída de compañías en alta supone también pérdida neta de afiliación a la Seguridad Social.
El estado de la cuestión con los últimos datos oficiales en la mano muestran como, al margen de los saldos anteriormente mencionados correspondientes a recuperación de sociedades, si en España había justo antes del estallido de la pandemia un total de 1.489.757 empresas, a finales de diciembre -último dato oficial disponible- el Sistema contabilizaba 1.411.902 sociedades.
La presión de los ICO
En este punto, tanto los expertos como los empresarios coinciden en el final de la moratoria para la devolución de los créditos ICO concedido en pandemia como el punto de inflexión que determinará la supervivencia de muchas de las empresas que en los dos últimos años se han acogido a esta vía de financiación extraordinaria.
"El Gobierno se enfrenta a la debacle experimentada durante la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, con el 80% de los créditos impagados", apunta el economista Lacalle sobre este momento de fin de la moratoria.
Recuerda el experto en este punto que, además de la devolución de los créditos, hay que tener en cuenta la coyuntura actual de la economía, y no solo de la cifra de negocio y de ventas de las empresas. Así, si bien es cierto que muchos sectores de actividad ya se han podido recuperar de los envites de la crisis sanitaria y la caída de consumo azuzada por las restricciones impuestas para frenar los contagios, muchos otros -sobre todo los asociados al sector turístico- aún registran niveles de facturación notablemente inferiores que antes de la crisis.
Y a esta situación también hay que añadir el impacto del incremento de precios por la inflación, que está constriñendo los márgenes de beneficio de las empresas. "Como el Gobierno no extienda la moratoria va a haber una sangría. Los márgenes de las empresas se han desplomado por el aumento de los costes. La recuperación económica ha traído mayores ingresos, pero el incremento del IPC ha elevado los costes", argumenta Lacalle.
En este punto, las asociaciones de trabajadores autónomos también advierten de la problemática de levantar esta moratoria con la recuperación tan incipiente, y coincidiendo justo con la llegada de la temporada estival, que podría suponer un balón de oxígeno para miles de trabajadores por cuenta propia, que en muchos casos cuentan con trabajadores a su cargo.
Fuentes del sector apuntan a elEconomista, que pedirán al Gobierno una revisión de esta moratoria que finaliza en junio de 2022, al menos para ciertos sectores económicos que aún necesitarán unos meses para ver recuperados ciertos niveles de actividad y de ingresos en línea con los registrados antes de la pandemia, para evitar la destrucción de más negocios.
Los autónomos rurales, en riesgo
Más allá, la organización de autónomos UPTA advierte de que no reformar el sistema de cotización de autónomos para adaptarlo a sus ingresos reales perjudicará al 15% de los que tienen sus negocios en zonas rurales y cuyos rendimientos netos no superan los 900 euros al mes en la mayoría de los casos. Se trata fundamentalmente de pequeños negocios como tiendas de alimentación, bares, talleres de reparación, profesionales de reformas y pequeñas explotaciones ganaderas o agrícolas. UPTA recuerda que los clientes de estos negocios residen por la zona, por lo que su facturación es muy pequeña y los rendimientos de trabajo declarados, modestos.