
"El menor crecimiento de la economía española en comparación con los países de nuestro entorno no solo obedece al mayor peso del turismo internacional, que es la variable que más tiempo va a tardar en normalizarse, sino también a un comportamiento de la demanda interna menos dinámico", asegura BFF Banking Group en su último informe de perspectivas macroeconómicas, en el que advierte de que, "de momento", los hogares se han decantado "por conservar los excedentes de ahorro [extraordinarios en 2020 y que incluso siguieron aumentando en 2021] ante un panorama todavía incierto y en un contexto de alza de precios".
Este mismo miércoles, el FMI proyectó que el PIB de España creció el año pasado un 4,9%, por debajo del conjunto de la eurozona y de países como Francia, Italia o Reino Unido, pese a sufrir uno de los mayores golpes en 2020, del -10,8%.
"Concretamente, el consumo privado registró incluso un retroceso en el tercer trimestre, y la inversión en construcción residencial acumula cuatro trimestres de acusadas caídas, un comportamiento insólito en el contexto europeo", observa el informe de BFF, que firma la economista Cristina Nogaledo. "Parece que los hogares españoles, que habían sobreahorrado durante el confinamiento, mantienen una actitud de prudencia en relación con la situación de otros países", continúa.
"Los depósitos bancarios de los hogares, que se habían incrementado de manera desproporcionada en 2020, siguen creciendo, aunque a un ritmo más moderado", incide el documento del banco.
Lenta ejecución del Next Generation
Otro factor es el retraso en la ejecución de los fondos europeos. "El total se elevará a menos de 5.000 millones, lejos de los 27.000 presupuestados para el presente ejercicio", lamenta BBF, que añade entre las principales amenazas para el crecimiento económico de los últimos meses y de cara a los próximos el aumento de la inflación y la escasez de suministros en la industria.
Precisamente los fondos europeos serán cruciales para que España se coloque a la cabeza del crecimiento dentro de la eurozona en 2022, según estima el propio FMI, que este miércoles señaló un del 5,8%, una cifra significativamente por encima de Alemania, Francia o Italia, que crecerán entre el 3,5% y el 3,8%.
"La ejecución de estos fondos aumentará previsiblemente hasta los 21.000 millones en 2022, con lo que el impacto [acumulado] alcanzaría entre uno y dos puntos porcentuales de PIB [al cierre del año]", comenta el banco.
Reducción del déficit
Acelerar el crecimiento será clave para "una reducción gradual y sostenida del déficit público hacia el equilibrio estructural", que "será necesaria para reconducir la deuda hacia niveles más desahogados", recalca Cristina Nogaledo en el informe, quien confía en que "la expectativa de un horizonte duradero de bajos tipos de interés ofrece mayor margen de maniobra para abordar la vuelta al equilibrio presupuestario de una manera no lesiva para el crecimiento".