
En su discurso de Navidad, el Rey Felipe VI hizo hincapié en la necesidad de que España se adapte a los cambios tecnológicos y a la revolución verde, y defendió el uso de los fondos europeos para impulsar un programa de modernización. "Es una oportunidad única que no se puede desaprovechar", aseguró.
Los desafíos que ha traído consigo la pandemia plantean una "auténtica encrucijada" para España pero también "una oportunidad histórica" para "actualizar y modernizar nuestro país", ha sostenido, recalcando que en esta tarea las instituciones tienen una gran "responsabilidad".
En un mensaje cercano, el Rey ha hacho mención a los problemas provocados por la pandemia, alabando el éxito de la ciencia a la hora de evitar lo peor del covid con sus vacunas. Y ha recordado los grandes problemas que afectan a las familias, especialmente la subida de los precios de la luz y el desempleo, especialmente entre los más jóvenes, aunque ha celebrado que lo peor de la crisis ya haya pasado en cuanto a la creación de empleo.
Sobre todo, Don Felipe ha incidido en la importancia de la Unión Europea, un club de países democráticos y libres como España, para garantizar la estabilidad social e institucional y acelerar el desarrollo económico del país.
El monarca, que comenzó su mensaje con unas palabras de aliento para los ciudadanos de La Palma a pocas horas de que se dé por finalizada la erupción del volcán de Cumbre Vieja, ha aprovechado nuevamente para apelar al entendimiento y el consenso institucional y para reivindicar la Constitución de 1978. "El entendimiento y la colaboración son actitudes necesarias que dignifican las instituciones", ha subrayado. Más aún, ha acotado, "las fortalecen, porque generan la confianza de los ciudadanos".
Las diferencias de opinión, ha incidido Don Felipe, "no deben impedir consensos que garanticen una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro".
Y para ello, el Rey ha defendido la necesidad de que todas las instituciones cumplan y respeten la ley y de que sean "ejemplo de integridad pública y moral" en un momento en que todas las miradas están puestas en el posible regreso de su padre, Don Juan Carlos, al que no ha hecho mención en ningún momento.
Defensa de la Constitución
Si algo representa la transformación vivida es la Constitución, ha aseverado, "cuyo espíritu nos convoca a la unidad frente a la división, al diálogo y no al enfrentamiento, al respeto frente al rencor, al espíritu integrador frente a la exclusión". También "nos convoca permanentemente a una convivencia cívica, serena y en libertad", ha agregado.
"La Constitución ha sido y es la viga maestra que ha favorecido nuestro progreso, la que ha sostenido nuestra convivencia democrática freta las crisis, serias y graves de distinta naturaleza" vividas por España y por todo ello, ha reivindicado, merece "respeto, reconocimiento y lealtad".
El momento que vivimos "es difícil", ha reconocido el monarca, "pero detenernos hoy es quedarnos atrás, es retroceder". Por ello, ha apostado por "seguir adelante" ya que si algo ha enseñado la Historia es que los españoles han sabido reaccionar y sobreponerse ante las adversidades.
El futuro que se abre ante nosotros, ha añadido, exige a todos "responsabilidad, voluntad de colaborar y entendernos" y también requiere que "confiemos más en nuestras propias fuerzas como nación". En este punto, Don Felipe ha asegurado que no tiene dudas del compromiso y la capacidad de los españoles y de que "con decisión, con empuje y carácter lo conseguiremos".