Incertidumbre. Ninguna institución de análisis económico nacional ni internacional se atreve todavía a precisar el impacto en el crecimiento de la nueva ola del coronavirus provocada por la variante ómicron. Sin embargo, las últimas previsiones de crecimiento publicadas, como la del Banco de España o la del Fondo Monetario Internacional, incluyen ya esta variante en sus estimaciones. La mayoría de analistas ha situado en torno a un punto del Producto Interior Bruto (PIB) el recorte en sus proyecciones, lo que atribuiría a España un crecimiento de entorno al 4,5% para el año que viene. Los más optimistas creen que el recorte apenas llegará al 0,5%, mientras que los más pesimistas alertan de que la situación puede costar incluso hasta el 2% del PIB para 2022.
En lo que sí hay un consenso amplio es en que la situación vírica ha dejado en pausa, al menos de momento, la recuperación. AXA IM recoge el sentir de la mayoría de analistas y reconoce que ómicron "puede hacer mella en el crecimiento del PIB este invierno", aunque "sería una mera pausa en la trayectoria de recuperación. No hemos vuelto a la casilla de salida en la lucha contra la pandemia".
Lo que está claro es que los altos niveles de crecimiento registrados durante estos meses evitarán que la economía vuelva a caer. Ómicron será incapaz de tumbar un crecimiento de los países desarrollados que se sitúa en torno al 5,6% para este año y el 4,5% para el año que viene. El impacto de las nuevas restricciones enfrenta sin embargo esta recuperación y amenaza con quitar un punto al dato del ejercicio que viene.
El PIB de la mayoría de los países de la OCDE ha superado ya su nivel de finales de 2019 y está convergiendo hacia su trayectoria anterior a la pandemia. Sin embargo, la recuperación está siendo desigual entre las economías avanzadas. El empleo se mantiene relativamente débil en Estados Unidos, pero ya supera su nivel prepandémico en la zona euro. Al mismo tiempo, el PIB estadounidense se ha recuperado más rápido que el europeo. Los diferentes modelos de protección social comportan distintos retos de cara al futuro: mientras que Estados Unidos necesita reincorporar a más personas al mercado de trabajo, el reto para Europa es aumentar el crecimiento.
Nuevo golpe a los precios
Los bancos centrales temen que ómicron pueda sostener la inflación durante más tiempo del previsto. Las nuevas restricciones puestas sobre la mesa por los países preocupan ya a los funcionarios de los bancos centrales. En esta nueva ola, alertan de que en lugar de simplemente amenazar con reducir el crecimiento económico, un aumento en los casos de Covid-19 también podría prolongar la alta inflación que ahora preocupa a los supervisores occidentales.
El argumento principal de los bancos centrales es que cuando la pandemia se generalizó por primera vez, a principios de 2020, los gobiernos bloquearon sus economías. Entonces, el gasto del consumidor cayó drásticamente, los empleadores despidieron trabajadores y los precios menguaron. En unos pocos meses, el auge del comercio electrónico y el trabajo remoto permitió que la economía de muchos países desarrollados se recuperara rápidamente. Con las vacunaciones masivas, esa recuperación se consolidó durante este año.
Sin embargo, ahora las oleadas de casos nuevos están teniendo impactos mucho menos severos en el gasto y la creación de empleo. En cambio, amenazan con prolongar las interrupciones de la cadena de suministro y mantener elevada la inflación. "Lo que vimos en las primeras etapas de la pandemia es que la demanda inicialmente cayó mucho más que la oferta, por lo que terminó siendo deflacionista, particularmente debido a cierres bastante estrictos", apunta Paul Ashworth, economista jefe para América del Norte de Capital Economics.
Pérdida de tracción
Los analistas están ahora pendientes de las posibles restricciones para retocar sus escenarios macroeconómicos. Desde BBVA, Carlos Serrano Herrera, economista jefe de la entidad en México, apunta que es importante considerar que de darse nuevamente este distanciamiento social sí habrá efectos significativos. "Para empezar, la recuperación económica que se ha venido observando perderá fuerza y por ende los escenarios de inflación también serán elevados, es decir que nuevas restricciones en fábricas, puertos, embarcaciones y otros medios de transporte significarán más cuellos de botella en la distribución de insumos y bienes finales", señala el especialista. "Este confinamiento podría propiciar más demanda de bienes y que de servicios que crearán situaciones de exceso de demanda que presionarán los precios", añade. Pese a las numerosas incertidumbres, todos tienen claro que el impacto de esta nueva ola del Covid llegará a la economía.