Economía

Sucesión en Alemania: los malabares de Olaf Scholz para gastar más sin tocar el freno de deuda

  • El sucesor de Merkel propone mecanismos para financiar sus promesas
  • Los socialdemócratas buscan cómo sortear el 'freno de deuda'
  • La oposición le acusa de usar "trucos" contables
El canciller entrante, Olaf Scholz. eE

Las promesas del entrante canciller alemán, Olaf Scholz, no serán gratis. El socialdemócrata venció en unas reñidas elecciones con un plan de gasto que ahora tendrá dificultades para hacer realidad. Su ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, ha puesto una línea roja clara: no tocar el mecanismo del freno de deuda alemán. Esta herramienta, consagrada en la Constitución alemana, impide disparar la deuda del país a través del gasto político.

El nuevo gobierno de Alemania quiere hacer dos cosas que parecen mutuamente excluyentes: aumentar el gasto mientras se adhiere a las estrictas reglas de Alemania sobre deuda pública. Conciliar estos dos asuntos podría convertirse en una de las tareas más difíciles a las que se enfrentará el nuevo canciller Scholz.

Sin embargo, el socialdemócrata tiene un plan. Es cierto que será imposible tocar las reglas del freno de la deuda. Pero las reglas que determinan la contabilidad de los gastos cíclicos no están entre las líneas rojas que han marcado los liberales. Hay muchas maneras de ampliar el espacio fiscal ajustando la previsión del PIB potencial o ajustando aspectos más arcanos como la semielasticidad del presupuesto. Algunos analistas sitúan el espacio fiscal adicional en un 1% del PIB. Oxford Economics piensa que la coalición realizará ajustes más conservadores, lo que permitiría movilizar fondos por debajo del 0,5% del PIB. "Como hemos argumentado antes de las elecciones, siempre que haya voluntad política, hay suficiente flexibilidad para crear un espacio fiscal que supere el 1% del PIB dentro del freno de la deuda nacional", apunta Oliver Rakau, economista jefe en Alemania de Oxford Economics.

Los liberales exigen no tocar el mecanismo del freno de la deuda, pero hay otros mecanismos de los que no han hablado

El freno de la deuda que piden los liberales exige que se devuelvan los déficits acumulados cuando se utiliza la cláusula de escape. Pero deja mucha discreción sobre cómo y cuándo. La nueva coalición quiere estirar los planes de reembolso actuales -de 2023-2026 a 2042- para alinearlos con los planes de reembolso del fondo europeo Next Generation -2027 a 2058-. Esta situación liberaría alrededor del 0,1% del PIB en los próximos años, llegando al 0,5% en 2026, según los cálculos de Oxford Economics. "Y, aunque es sensato, en parte solo sería un ejercicio de huir hacia adelante retrasando parte del ajuste a la siguiente legislatura", destaca Oliver Rakau.

Olaf Scholz, el canciller entrante, confía en poder cuadrar el círculo y lograr activar todos estos mecanismos para aumentar el gasto. El acuerdo de coalición que dio a conocer el mes pasado contiene una variedad heterogénea de planes para recaudar fondos sin violar el "freno de la deuda", el límite constitucional de Alemania para nuevos préstamos. La oposición los ha tachado de "trucos", y algunos juristas advierten que podrían fallar ante el tribunal constitucional de Alemania. Pero otros piensan que, en conjunto, se suman a un plan de acción razonable.

¿A dónde irá el gasto?

La rapidez del acuerdo y la aparente confianza entre los socios -apenas ha habido filtraciones de las negociaciones- parece tan alentadora para el establishment europeo como la mayor parte del acuerdo en sí. El documento pretende modernizar, digitalizar y descarbonizar la economía, todo lo que piden los gurús políticos en la Unión Europea. Sin embargo, el acuerdo de 177 páginas es escaso en detalles y plazos, y aún más escaso en cifras, especialmente en lo que respecta a la política fiscal. ¿Podrá el Gobierno implantar todas las medidas? ¿Es un acuerdo de cara a la galería política? Solo el tiempo lo dirá.

Para financiar la agenda verde -fundamental, ya que los ecologistas también entran en el Gobierno-, el Ejecutivo entrante propone otro "truco". Apuesta por canalizar los fondos no utilizados del presupuesto de 2021-2022 hacia el Fondo de Energía y Clima. Un crecimiento mejor de lo previsto en 2020 hizo que el déficit presupuestario fuera menor de lo esperado. Estos fondos no utilizados -25.000 millones de euros- se han colocado en un vehículo extrapresupuestario para su uso futuro. La nueva coalición quiere repetir esto para los fondos no utilizados de este año. Los analistas estiman que podrían superar los 50.000 millones de euros. Hay algunas dudas sobre la legalidad de esta medida para eludir el freno de la deuda pública alemana, pero añadiría al menos un 0,5% del PIB anual al espacio fiscal suponiendo una distribución equitativa a lo largo de 2023-2026.

Los analistas alemanes consideran que, a pesar de la falta de detalles en profundidad, el acuerdo de coalición refuerza la idea de que el Gobierno del semáforo pondrá importantes recursos fiscales para alcanzar sus objetivos,

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