
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, canceló este lunes su agenda de eventos en Nueva York tras posponer su viaje ante la situación que vive La Palma. En su primera jornada tenía previstos varios encuentros de carácter económico, como participar en el Capital Markets Forum organizado por Bloomberg para explicar múltiples inversores internacionales las oportunidades de inversión que ofrece nuestro país.
Dicho esto, los inversores extranjeros continúan mostrando cierto escepticismo sobre la agenda económica de Sánchez al observar una "escasa rentabilidad a largo plazo debido a la incapacidad de la economía para innovar". "Sólo las reformas estructurales pueden hacer frente a este problema. Sin embargo, las reformas se están erosionando", señala Mathieu Savary, estratega jefe de BCA Research. En este sentido insiste en que las perspectivas estructurales de la economía española dependen ahora de la esfera política y de que se aprueben reformas profundas. Un contexto donde el panorama es sombrío.
Frágil gobierno de coalición
El compromiso del Gobierno de reformar el mercado laboral para reducir la temporalidad y el desempleo estructural; el sistema de pensiones para aumentar la edad de jubilación y elevar las cotizaciones a la seguridad social de los autónomos y, una mayor fiscalidad para reducir el déficit estructural presupuestario "son medidas muy controvertidas, máxime con un gobierno de coalición en minoría, por no hablar de los partidos conservadores de la oposición", destaca Ann O'Kelly, de Citigroup.
Según O´Kelly es probable que el déficit presupuestario descienda a alrededor del 8% del PIB en 2021, desde el 11% en 2020, pero éste seguirá siendo elevado en los próximos años, ya que las cicatrices de la pandemia probablemente afectarán a la base impositiva. "El deterioro fiscal y la actual polarización política representan riesgos a la baja para la calificación soberana", avisan desde Citi.
Precisamente, Maurice Obstfeld, execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional, explica a este periódico al ser preguntado por España que, aunque la Unión Europea, a través del programa Next Generation EU, ha cambiado un poco las reglas del juego fiscal, "la situación será más preocupante cuando la Reserva Federal y el Banco Central Europeo suban los tipos de interés y nos encontremos en un entorno normalizado, con mayores ratios de deuda respecto al PIB".
Todo ello en un momento en que el plan del Gobierno para hacer frente a la subida de la electricidad y del gas se ha visto envuelto en una marea de críticas. Goldman Sachs advertía que "estas medidas parecen ir en contra del diseño actual del mercado de la energía y parecen un paso hacia una re-regulación parcial". Por su parte, desde J.P. Morgan indican que la intervención supone "una fijación indirecta del precio mayorista de la energía para determinadas tecnologías". Además, recalcan como no está garantizado que estas medidas desaparezcan en 2022, "lo que añade aún más incertidumbre a la situación".