Economía

Un banco malo para pequeñas eléctricas: la fórmula británica para superar la crisis de la luz

  • El precio de la luz aflora un gran déficit con algunos clientes
  • Pequeños proveedores no pueden con el coste que supone la tarifa regulada
  • Cientos de consumidores se quedarían en un limbo si quiebra su compañía

El sector energético de Reino Unido está presionando al Gobierno de Boris Johnson para la creación de un banco malo y una red de préstamos de emergencia para sobrevivir al alto precio del gas. Teme que haya una escalada de quiebras entre pequeños proveedores y que deje en el limbo a cientos de clientes sin suministro.

La crisis energética en Reino Unido amenaza con subir de nivel y dejar tirados en un limbo a cientos de hogares, por la posible quiebra de una docena de pequeños proveedores de electricidad y gas. El sector mantiene contacto con el Gobierno para solicitar ayuda. En concreto, los pequeños proveedores piden la creación de un banco malo al estilo Northern Rock, que absorba a los clientes afectados de las compañías que vayan a quebrar por el elevado coste de la electricidad y gas. El problema es que muchos de ellos no son rentables para las compañías más grandes.

El secretario de Energía, Kwasi Kwarteng, está estudiando la propuesta y distintas soluciones, que pasarían por préstamos de emergencia, para evitar el colapso de las pequeñas empresas del sector. El problema no se reduce al ámbito corporativo, las tarifas domésticas reguladas son tan ajustadas que en la mayoría de los casos no se cubre los gastos de abastecimiento entre las comercializadoras, sin apoyo público a las empresas. Hay un riesgo real que estos clientes se queden en un limbo si quiebra su compañía eléctrica.

Pero el Gobierno tampoco es proclive a adoptar medidas que terminen ayudando a proveedores que han tomado demasiados riesgos en sus tarifas con un crecimiento agresivo en clientes, según apunta Financial Times. La fórmula del banco permitiría solucionar el problema de los clientes de proveedores fallidos. "Al estacionar el problema en un banco malo, sería más fácil resolver la crisis inmediata y luego hacer un balance a más largo plazo, permite al gobierno manejar la quiebra de varios proveedores al mismo tiempo", asegura una fuente al diario.

Las grandes compañías eléctricas son muy reacias a la hora de asumir las tarifas de clientes deficitarios. Otra de las opciones sería dar ayudas por quedarse con estas tarifas.

Las alternativas también pasan por nacionalizar a estas compañías a través de Ofgem, la Oficina de Gas y Electicidad, el organismo independiente que regula el sector. El primer ministro, Boris Johnson, dijo anoche que el problema de precios de la electricidad es "temporal", pero se comprometió a apoyar al sector y garantizar el suministro eléctrico.

El sector maneja una cifra de miles de millones de libras, ante el colapso que se espera. Desde principio de agosto, cinco pequeños proveedores han cerrado. Muchas compañías han fallado en sus previsiones y en sus coberturas para los altos precios. Ahora preocupan People's Energy y Utility Point que suman alrededor de 570.000 clientes. La información que maneja el Gobierno es que solo entre seis y diez empresas sobrevivirán de un total de 55 compañías.

En declaraciones a la BBC, Dale Vince, fundador de Ecotricity, asegura que no aceptaría clientes rebotados de otras compañías "de forma voluntaria". "Me sorprendería que otras compañías lo hicieran, por el elevado coste", explica.

El coste de la luz y el gas en el mercado mayorista británico para abastecer a un hogar medio alcanza las 1.600 libras, pero Ofgem impone un precio máximo a los consumidores. Hasta ahora era de 1.138 libras, aunque subirá a 1.277 el próximo 1 de octubre. Aun así, las pérdidas son enormes, de más de 300 libras por familia y año, con lo que estos clientes son un agujero negro para las compañías.

La crisis energética ya afecta también a la industria. El fabricante estadounidense de fertilizantes CF Industries anunció el cierre temporal de dos plantas de Reino Unido por el elevado precio del gas. El Gobierno de Johnson también estudia ayudas para evitar más cierres.

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