
La ampliación del aeropuerto de El Prat seguirá paralizada y el Gobierno de Pedro Sánchez no se plantea buscar un nuevo acuerdo con la Generalitat de Cataluña en el marco de la mesa de negociación bilateral que arrancó en Barcelona. "El Gobierno de España aparca esta ampliación de El Prat porque no existe el consenso necesario imprescindible para abordar esta importante inversión", aseguró el propio presidente de Gobierno tras su reunión de casi dos horas con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
Sánchez insistió en culpar a la falta de acuerdo dentro del Gobierno independentista de Esquerra Republicana (ERC) y Junts para poner en marcha la inversión de 1.700 millones de euros proyectada en el aeródromo de Barcelona. "A juicio del Gobierno de España no existe una posición de madurez en el Gobierno de Cataluña para abordar una inversión estratégica de este calado" apuntó el líder socialista, que reconoció que apenas se había dedicado tiempo en el encuentro ante sus diferencias en una inversión que la patronal catalana considera esencial.
De hecho, la ministra de Transportes y Movilidad, Raquel Sánchez, finalmente no acudió al encuentro como estaba previsto, después de que del lado catalán solo se presentaran a la mesa de negociación tres miembros de ERC tras las discrepancias con Junts, que buscaba contar con representantes ajenos a su Ejecutivo.
La polémica por el bloqueo de la inversión para la infraestructura catalana tras el rechazo del Govern también fue el motivo del choque entre el presidente de Gobierno y el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián. El republicano echó en cara al socialista que "una inversión no es un regalo y en que una negociación tampoco es una rendición".
Según Rufián, "siempre estamos dispuestos a dialogar y hablar, pero negociando de tú a tú. Imposiciones, ni una". En sus respuestas, Sánchez recordó las diferencias entre los socios independentistas por ese proyecto y ha defendido que la de El Prat es una "gran inversión necesaria para Cataluña" y buena para Barcelona, que incluía medidas compensatorias por la afectación de La Ricarda y que pretende convertir el aeropuerto en un "hub intercontinental". En sede parlamentaria, Sánchez reclamó a ERC que "vuelvan al acuerdo del 2 de agosto" para poder continuar con el proyecto. Asimismo, el Gobierno acudió a la reunión de la mesa de diálogo con una actualización de su Agenda para el reencuentro en la que sostiene que "vela por mantener" sus planes de ampliación y mejora del aeropuerto de Barcelona.
Ganar tiempo
La esperada reunión de la mesa de negociación bilateral tras dos años del primer encuentro volvió a mostrar las grandes distancias existentes entre ambos Gobiernos, aunque tanto Sánchez como Aragonès coincidieron en destacar la importancia política de la imagen de ambos juntos. "Las imágenes son importantes desde el punto de vista político", insistió Sánchez al ser cuestionado sobre la falta de avances concretos y puntos de consenso, e insistió en la relevancia del "mensaje político" de que quieren superar esa situación de conflicto.
Por su parte, Aragonès consideró el simple hecho de la reunión en el Palau de la Generalitat como una victoria de los postulados del Govern. El presidente catalán lo valoró como un avance y "un nuevo punto de partida". Otro de los puntos en común que defendieron los máximos responsables de las dos delegaciones fue la de no plantear plazos para el desarrollo de la negociaciones. Sánchez repitió insistentemente que la filosofía de las conversaciones debe ser "trabajar sin prisa pero sin pausa y sin plazos". Según el presidente socialista solo será posible avanzar "sin poner fechar a la resolución de este conflicto".
Aragonès consideró la reunión como una victoria de los independentistas
Unas palabras con las que parece buscar ganar tiempo ante las incertidumbres tanto dentro del Gobierno catalán como en la política española y que fueron avaladas por Aragonés, al asegurar que los contactos "requerirán tiempo y perseverancia".
En la práctica los dos presidentes mantuvieron posturas completamente distintas sobre el fondo del problema. Mientras Aragonés insistió en perseguir como objetivos fundamentales el referéndum de autodeterminación y la amnistía, Sánchez planteó que el marco a negociar debe ser la agenda para el reencuentro planteada por su Ejecutivo, que recoge reivindicaciones de gobiernos catalanes de la última década y anteriores a la ruptura del procés.
Sánchez también aseguró que en el encuentro no se habló de la negociación de los próximos Presupuestos Generales del Estado, para los que necesita el apoyo de ERC.
Inversiones y traspasos, en agenda
Con el arranque de la mesa de negociación ahora los trabajos se trasladarán a las delegaciones creadas para abordar asuntos concretos. En el calendario más inmediato aparecen como objeto de las próximas citas dos temas principales: inversiones en infraestructuras y traspasos de competencias. Así, en la comisión bilateral que se celebró el pasado 2 de agosto, ambas partes acordaron que durante el mes de septiembre se celebrará la Comisión de Inversiones en Infraestructuras para cumplir con el seguimiento cuatrimestral pactado del grado de ejecución de las inversiones programadas en Cataluña.
Su intención es que ese volumen cumpla con el Estatut y que no resulte inferior a la media de la totalidad de la inversión estatal territorializada. En cuanto a las competencias, de los 56 traspasos solicitados por la Generalitat, los ministerios están preparando informes para evaluar su viabilidad y plazos. Además, se prevé que la Comisión de Asuntos Económicos y Fiscales se reúna en diciembre.
En cualquier caso, y tras la fotografía de este jueves con Sánchez y Aragonès al frente de la mesa de diálogo, el presidente catalán apeló a la discreción en los encuentros "para garantizar que se pueda ir avanzando".
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