Economía

La merma de competitividad rescata el 'fantasma' de las bajadas de sueldos

  • El indicador cae un 1,18% entre los meses de julio de 2020 y del presente año
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Los efectos de las restricciones y las dificultades para abastecer las cadenas de suministros en el último año parece ahondar en la herida de la competitividad de las empresas españolas respecto a las de la zona euro. Al menos, en estos meses de pandemia, entre junio de 2020 y 2021, el Índice de garantía de competitividad que publica cada mes el INE, aún refleja una caída del 1,18% en el último año.

Ello supone que, si bien la crisis sanitaria ha impactado negativamente en el tejido productivo de la totalidad de los países de la zona euro, la merma que arroja España en estos últimos doce meses, dibujan un escenario más complejo de recuperación de las líneas de negocio de las empresas nacionales, principalmente las exportadoras, de cara a su expansión exterior.

Tal y como explica el Instituto Estadístico, este índice establece una tasa de revisión de precios consistente con la recuperación de competitividad frente a la zona euro. Según apunta al respecto el BBVA Resarch, la competitividad respecto al exterior, en el caso de España, se ha conseguido mejorar históricamente con la reducción de costes laborales para el empresario por la vía de la reducción de masa salarial.

"Resultan las ganancias de competitividad vía coste laboral por el posible impacto que hayan podido tener las reformas implementadas durante la crisis", apuntan los expertos del BBVA.

En este sentido, España ha conseguido reducir sus costes laborales unitarios respecto a otras economías desarrolladas hasta situarse en línea con la media de la eurozona. Buena parte de dicho ajuste refleja el fuerte aumento que tuvieron los costes laborales durante el período previo a la crisis. Así, se observa que entre 2006 y 2009 se produjo un aumento generalizado de los costes en España derivado de un crecimiento de la remuneración por asalariado superior al observado en la productividad aparente del trabajo. Dinámica que revirtió a partir de 2010 tras el aumento significativo de la productividad resultado de la destrucción de empleo, su incidencia sobre el trabajo temporal y el redireccionamiento de recursos hacia sectores más productivos1. Y desde 2012, como consecuencia de la moderación salarial ligada a las reformas laborales y del aumento del PIB.

La caída de los costes fue sostenida hasta 2014, año a partir del cual se empezaron a registrar incrementos en algunas regiones españolas. Aragón, Castilla La-Mancha, Andalucía, Cataluña y Murcia fueron las regiones con las mayores correcciones de los costes empresariales para el periodo 2010-2013, coincidiendo con que fueron aquellas entre las que se produjo una mayor destrucción del empleo.

El debilitamiento de la demanda doméstica también contribuyó al buen comportamiento de las ventas de bienes al exterior, aunque su aporte habría sido reducido. Entre 2010 y 2013 la caída de la demanda interna habría explicado entre un 1% y un 15% del avance de las exportaciones, mientras que entre 2014 y 2018 su recuperación restó el equivalente al 100% del crecimiento de las exportaciones observado. "Desde 2018 se ha producido una ralentización de las exportaciones de bienes no energéticos que no se puede explicar, ni por pérdidas de competitividad, ni por una debilidad acusada de la demanda de los principales socios comerciales", advierte la entidad, situación que ha ahondado con la pandemia.

La merma de los costes laborales por la crisis favorece las ventas

El retroceso de los costes se vio reflejado en las mejoras de la competitividad exterior, apunta el BBVA sobre la mejora en los años posteriores a la crisis financiera. Así, desde 2008, España ha conseguido mejorar su competitividad no solo en términos de coste laboral sino también en términos de precio. Relacionado con la demanda, tras un periodo prolongado de crecimiento económico, entre 2008 y 2013, se sobrevinieron perturbaciones que impactaron negativamente en el empleo y en la demanda, mermando la capacidad de producción.

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