El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homóloga germana, la canciller Angela Merkel, procedieron el jueves a reconstruir la deteriorada relación transatlántica durante la visita oficial de la mandataria a la Casa Blanca. Los líderes de la mayor y cuarta economía del mundo respectivamente abordaron una amplia gama de asuntos, entre ellos el controvertido oleoducto ruso Nord Stream 2.
La visita de Merkel, la primera de un mandatario europeo desde que Biden asumió el cargo en enero, supuso también su último viaje a Washington tras casi 16 años al frente de la mayor economía europea. La actual canciller alemana dejará su cargo una vez se celebren las próximas elecciones de septiembre.
Durante su reunión de algo más de hora y media ambos abordaron una amplia gama de temas, incluyendo la lucha contra la amenaza del cambio climático, la pandemia así como la seguridad y los desafíos regionales.
En este sentido, Biden reiteró su preocupación por la finalización del gasoducto Nord Stream 2, de 11.000 millones de dólares. Este malestar en torno al gasoducto tiene su origen en el historial de Moscú de utilizar el sector energético como forma de influir en sus vecinos europeos.
Si se completa, el gasoducto se extenderá a lo largo de 1.229 kilómetros desde Rusia hasta Alemania, convirtiéndose en uno de los más largos del mundo. El mes pasado, el Kremlin dijo que sólo quedaban algo menos de 100 kilómetros para completar el proyecto.
En mayo, Washington suspendió las sanciones impuestas a la empresa suiza Nord Stream 2 AG, que dirige la construcción del gasoducto y a su consejero delegado alemán. La exención ofreció a Berlín tres meses más para llegar a un acuerdo con la Administración Biden.
El gobierno de EEUU justificó su decisión señalando el hecho de que el oleoducto se ha completado en un 90% y expresó su creencia de que la imposición de sanciones sería "contraproducente" para las relaciones estadounidenses con Europa.
Esta tregua entre Estados Unidos y Alemania sobre el Nord Stream 2 podría culminar con la posible ayuda alemana a aliados de Europa del Este como Polonia y Ucrania. Éste último alberga gasoductos que canalizan las exportaciones de gas ruso a Europa Occidental y le preocupa que Moscú pueda cerrar el grifo una vez que el nuevo gasoducto entre en funcionamiento.
Biden y Merkel también abordaron la iniciativa global de política exterior del estadounidense para contener a China. China ha superado a EEUU como mayor socio comercial de Alemania y, aunque no es su mayor mercado de exportación, sigue siendo uno de los más importantes para las empresas alemanas. Es por ello que la canciller ha mostrado su escepticismo sobre la potencial desvinculación de China en una economía globalizada.
El encuentro en la Casa Blanca y la posterior rueda de prensa estuvo seguida de una cena ofrecida por el presidente y la primera dama de EEUU a la canciller y su marido, Joachim Sauer, que demostró el progreso alcanzado para superar las rencillas generadas durante la Administración de Donald Trump.