Economía

Los precedentes que atormentan la escisión de las grandes tecnológicas en EEUU

  • Google y Facebook enfrentan demandas antimonopolio del Gobierno de EEUU
  • Una ley bipartidista obligaría a los gigantes a deshacerse de sus activos
Foto: Alamy
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"La competencia es un pecado, por eso procedemos a eliminarla" fue uno de los grandes mantras de J.D. Rockefeller que muchos atribuyen ya a los grandes titanes tecnológicos de Estados Unidos.

En la última década, Google, Amazon, Facebook y Apple han revolucionado Internet e influenciado la vida cotidiana de miles de millones de personas en todo el mundo como ya lo hicieron antaño colosos como Standard Oil o American Telegraph and Telephone Company, más conocida como AT&T.

Pero si bien estas empresas son responsables de avances tecnológicos trascendentales así como de la creación masiva de empleo y riqueza también han sido objeto de críticas y represalias en relación con sus prácticas de privacidad, la difusión de desinformación, su presunta parcialidad política y su conducta anticompetitiva.

De un tiempo a esta parte, el Gobierno de Estados Unidos ha despertado de su letargo intentando reiniciar el movimiento antimonopolio que culminó en los años 70 para aplacar de nuevo el dominio de los tintes imperialistas de Silicon Valley.

El Departamento de Justicia, avalado por decenas de Estados y la Comisión Federal de Comercio, han presentando ya una serie de demandas contra Google y Facebook. Paralelamente, los legisladores buscan reforzar un marco legislativo arcaico que amplíe el alcance de las leyes antimonopolio y aumente los recursos para su aplicación.

Los legisladores de la Cámara de Representantes han propuesto una batería legislativa bipartidista que limitaría la capacidad de las grandes empresas tecnológicas de aprovechar sus plataformas online para favorecer sus propios productos y servicios frente a los de la competencia, además de comprar el negocio de la competencia o facilitar el borrado de datos personales al abandonar una red social.

Las empresas tecnológicas tienen un 'debe' con la privacidad y la anticompetitividad

Además, sobre el Congreso planea la idea de obligar a algunas de las grandes a escindirse en dos empresas. La propia historia del país cuenta con un amplio antecedente de referencias además de profundas raíces basadas en su resistencia a los monopolios más poderosos del momento. Así lo prueba la propia Revolución Americana, que estuvo instigada, entre otros factores, por el Motín del té en Boston como respuesta a la abusiva concentración de la Compañía de las Indias Orientales en las colonias.

Precisamente, a lo largo del siglo XIX y primeros compases del siglo XX, cuando EEUU comenzó a registrar su primera oleada de consolidación empresarial con la aparición de algunos de los mayores conglomerados de su historia, la reacción del "abogado del pueblo", cargo en manos de Louis Brandeis, no se hizo esperar. En 1906, Standard Oil, la fuerza dominante en el mercado mundial del petróleo en manos de Rockefeller, se convirtió en el primer gran caso antimonopolio a este lado del Atlántico.

Pese a contar con otros precedentes, como la disolución de Northern Securities en 1904 o las acciones contra la compañía cárnica, Swift & Co, un año más tarde, el litigio contra Standard Oil se erigió como un esfuerzo por combatir la práctica de los precios predatorios, uno de los conceptos de la primera teoría antimonopolio que impulsó la aprobación de la Ley antimonopolio de Sherman en 1890.

La historia norteamericana se erige como un antecedente contra el monopolio

Esta teoría advierte que un líder del mercado tiende a recortar los precios para expulsar a los competidores del negocio y, posteriormente, subir los precios para disfrutar de los beneficios del monopolio. Es por ello que el caso formalmente conocido como Standard Oil Co. of New Jersey v. United States, a menudo se invoca para justificar el potencial desguace de Amazon, Apple, Google y Facebook.

En 1911 se ordenó a la empresa de Nueva Jersey que se desprendiera de sus principales participaciones, 33 empresas en total. No obstante, durante las décadas posteriores muchas de estas compañías se volvieron a fusionar y a día de hoy son conocidas como ExxonMobil, Chevron, Amoco y BP, entre otras.

Otras causas similares, como la emprendida contra U.S. Steel en 1917 no culminaron en una desmantelación, pero dieron pie a la creación de marcos regulatorios y legislativos, como la Ley de Comercio Interestatal así como la aparición de nuevos organismos federales para hacer cumplir las normas sobre condiciones de trabajo, salarios y prácticas comerciales, que dieron lugar a la Comisión Federal de Comercio (FTC).

El objetivo de la aplicación legislativa en EEUU es la protección del consumidor

Actualmente, la legislación antimonopolio en EEUU se asienta sobre tres cimientos fundamentales: la Ley Sherman de 1890, la Ley Clayton de 1914 y la Ley de la Comisión Federal de Comercio aprobada también ese mismo año. Este trío legislativo busca proteger la competencia en el mercado en beneficio de los consumidores.

La primera prohíbe los monopolios y los contratos que restringen el comercio de forma injustificada. La Ley Clayton frena las fusiones y adquisiciones que reduzcan sustancialmente la competencia o creen un monopolio. Por último, la Ley de la Comisión Federal de Comercio ataca los "métodos desleales de competencia" y los "actos o prácticas desleales o engañosos".

La interpretación y resolución de estas leyes se ha dejado generalmente en manos del poder judicial. Los magistrados estadounidenses han definido en gran medida las violaciones de las leyes antimonopolio según un criterio de bienestar del consumidor. Por lo tanto, el objetivo de la aplicación de las leyes ha sido históricamente la protección de los consumidores, no la prevención del tamaño excesivo de las empresas. Esto difiere en Europa, donde los reguladores a menudo se centran más en preservar un nivel de competencia saludable.

Mientras que algunas demandas antimonopolio han dado respuesta a los esfuerzos directos por abarcar el mercado, como en el caso de American Tobacco, que también fue forzada a desmantelar sus activos y escindirse en múltiples entidades que posteriormente se convertirían en R. J. Reynolds, Liggett & Myers y Lorillard, otras se deben al desorbitado éxito de sus productos.

Así lo demuestra el apogeo de la fotografía y las cámaras Kodak. La compañía llegó a controlar el 96% del mercado estadounidense y en 1921 el gobierno federal argumentó que su política de comprar competidores y obligar a los minoristas a firmar acuerdos de exclusividad era engañosa.

Kodak pasó por la justicia por comprar competencia y pactar con los minoristas

Los tribunales le dieron la razón y ordenaron a Kodak que abandonara esta práctica y dejara de vender películas de marca blanca. En la década de los 30, Kodak sacó al mercado Kodachrome, la primera película en color del mundo. Posteriormente, un decreto de 1954 obligó a la compañía a conceder licencias de su técnica de procesado a terceros. Esto abrió el mercado a competidores como Fuji y Agfa.

Los altibajos antimonopolio

Para entender el momento actual de la defensa de la competencia y lo que podría estar por llegar se podría decir que la política antimonopolio de EEUU ha sufrido altibajos a lo largo de cuatro ciclos. El primero, entre 1900 y 1920, cumplió con su promesa al disolver Standard Oil y avanzar con el desarrollo de nuevas legislaciones.

Desde los 70, IBM, AT&T y Microsoft han hecho frente a sus acciones monopolísticas

Durante las dos décadas posteriores, la actividad antimonopolio fue relativamente escasa, ya que se prefirió aupar la cooperación entre las distintas industrias y el gobierno (respetando los códigos de competencia durante los primeros años del New Deal). Más tarde, desde comienzos de 1940 a finales de los 70, el activismo antimonopolio llegó a representar la Carta Magna de la libre empresa: se consideraba la clave para preservar la libertad económica y política. Sin embargo, la política antimonopolio y su aplicación decayeron durante su ciclo más reciente (desde finales de los 70 a mediados de 2010) con el auge de la Escuela Económica de Chicago.

Desde la década de los 70 hasta la fecha, tres compañías han enfrentado acciones antimonopolio de calado. El caso de IBM, presentado en 1969, tardó 13 años en resolverse, cerrándose en 1982 sin ninguna acción formal.

Debido a que esta controlaba casi el 70% del mercado de los ordenadores, muchos consideraron que IBM era un monopolio y una empresa con excesivo poder. De ahí que el Departamento de Justicia de EEUU presentase una demanda antimonopolio para trocearla. Aunque esta demanda no fue la única acción antimonopolio contra la compañía entre 1960 y 1980, sí fue la más influyente.

IBM argumentó que, durante los 20 años antes de presentarse la demanda, su porcentaje de ingresos entre las cien principales empresas del sector informático pasó de casi el 60% a un 40%. A lo largo de los seis años que duró el juicio, que comenzó en 1975, se llamó a 974 testigos. La sentencia declaró que la demanda carecía de fundamento. Dicho esto, la tasa de crecimiento anual de las ventas de la compañía durante dicho periodo cayó al 5% desde el 14%.

Por su parte, el caso de AT&T, iniciado en 1974, tardó ocho años en resolverse y culminó en una ruptura, tras previos intentos frustrados como el ocurrido en 1913, después de que la compañía absorbiera a su principal competidor, Western Union. De esta forma, la compañía se escindió en siete compañías telefónicas regionales independientes, apodadas como "Baby Bells" entre las se encontraban US West, Ameritech, Nynex y BellSouth. Aunque AT&T mantuvo el control de su negocio de larga distancia durante la duración del proceso judicial, la tasa de crecimiento de AT&T bajó del 10% al 4%.

La resolución del caso contra Microsoft fue más rápida. La demanda en su contra se presentó en 1998 y terminó con un decreto de consentimiento, pero no con una ruptura. En el punto de mira estaba su práctica de incluir Internet Explorer (IE) como navegador de cabecera de su sistema operativo Windows.

El Tribunal de Apelación de los Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia consideró que Microsoft había violado las leyes antimonopolio. Sin embargo, cuando esto ocurrió la Administración Clinton que lideró el caso inicialmente ya no estaba en funciones y la Administración Bush se mostró menos dispuesta a forzar una escisión.

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Comentarios 3

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KIKO GOMEZ ORTIZ
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A rey muerto, rey puesto. Es lo que hay. Estas empresas han descubierto el monumento y han abierto el sendero. Llegaron las primeras y cogieron las mejores tajadas, pero una vez abierto el sendero, otros lo recorren y algunos encuentran sorpresas que los otros no vieron, ignoraron o menospreciaron pero que después se han rebelado muy interesantes. Es siempre el mismo cuento.

Empezaron un día, crecieron y se desarrollaron, permanecieron en lo alto un tiempo y después iniciarán el declive como todo y como todos. Nada es eterno.

Otros tomarán el relevo. El cementerio está lleno de hombres imprescindibles. Y la historia está llena de imperios desaparecidos.

Es lo que hay.

Puntuación 5
#1
Usuario validado en elEconomista.es
vilicitano
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Lo primero, es que estas empresas, no son ningún monopolio. Para ser un monopolio solo puede haber una empresa (y respaldada con el uso de la violencia). Y eso solo lo cumplen las empresas ESTATALES, esas que tanto les gusta a los comunistas. Los recuerdo también a los americanos, que el uso y monopolio de la violencia en nuestras democracias lo tienen PAPÁ ESTADO. Eso sí es un monopolio, pero sobre eso nuestros políticos callan. Esas empresas son las mejores (en Occidente) en lo suyo y su competencia para mis inri, la están intentando eliminar (tecnología BLOCKCHAIN). O sea, el problema no son los monopolios, el problema es que ellos lo quieren controlar todo. Más libre mercado y menos mercantilismo. Vida, libertad y propiedad.

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#2
delgado
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^>

Para empezar el gobierno USA debería de dejar de Financiar la compra de sus competidores, comprando los Bonos que emiten

Para a continuación dejar de legislar a su favor,

O directamente eliminando a los Competidores

Que hasta la UE reconoce que con su ultima normativa sobre Privacidad hace imposible la aparición de nuevos competidores, por la imposibilidad financiera de cumplir todas sus normas para las empresas emergentes

En la Comunista UE es lo normal, pero en USA es cuanto menos Chocante,

pero tal cual lo escribo

Puntuación 2
#3