
El renting ha comenzado a hacerse un hueco en la vida de los autónomos, que cada vez más se decantan por este tipo de fórmula para obtener sus vehículos de transporte profesional.
Los datos de la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER) informan de que los autónomos y particulares que escogen esta opción suponen ya un 15,86% del total, una cifra que se ha disparado desde 2015, cuando apenas significaba un 2%.
¿Cuál es la razón de este ascenso? La AER asegura que no hay una única explicación, ya que este método pone a disposición de los autónomos varias ventajas de diferente índole que benefician a los profesionales especialmente en estos tiempos de crisis.
Entre las ventajas que indica la propia AER, se encuentra el ahorro que conlleva el renting, ya que no obliga a un pago inicial, permite un control del gasto por el pago mensual y y la financiación que ofrece, y además, generalmente, a un buen precio, por debajo de la media del mercado. Además, en términos de contabilidad, se registra como un único gasto, lo que facilita su cálculo.
También tiene ventajas fiscales, algo que conviene tener muy en cuenta de cara a la declaración de la Renta. Su uso permite deducciones en el método de estimación directa y también una deducción en el IVA soportado por los vehículos.
Otra ventaja es la de la sostenibilidad, caballo de batalla en el que el renting se encuentra con una mayor cantidad de vehículos eléctricos. Aquí los datos de la AER son meridianos: en el último año el peso de los vehículos eléctricos, hibridos, de gas o hidrógeno ha pasado de un 15,84 a un 24,37%.