
China condenó este jueves una declaración conjunta de los ministros de Asuntos Exteriores del G7 en la que se expresaba el apoyo a Taiwán, reclamado por China, y se tachaba a Pekín de bravucón, afirmando que se trataba de una burda injerencia en los asuntos internos de China.
Los ministros de Asuntos Exteriores del G7 afirmaron en un comunicado tras la cumbre de Londres que China era culpable de abusos contra los derechos humanos y de utilizar "políticas económicas coercitivas", que el G7 busca detener a través de un esfuerzo colectivo.
En un paso inusual, el G7 también dijo que apoyaba la participación de Taiwán en los foros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en la Asamblea Mundial de la Salud mientras expresó su preocupación por "cualquier acción unilateral que pudiera intensificar las tensiones" en el estrecho de Taiwán.
En Pekín, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, condenó la declaración diciendo que hacía "acusaciones infundadas" que constituían una burda injerencia en los asuntos internos de China.
Por otro lado, el gigantes asiático ha suspendido "indefinidamente" su diálogo económico con Australia, en un creciente distanciamiento diplomático entre ambos países. Las relaciones están en declive desde que Australia pidió una investigación sobre el origen del Covid-19 y prohibió a Huawei participar en el desarrollo de su red 5G. Pekín respondió con aranceles a productos australianos como el vino y la carne de vacuno.
El Gobierno de Xi Jinping ya aplica aranceles al vino y la carne de vacuno australiano
En un comunicado el jueves, una comisión del gobierno chino acusó a Australia de tener una "mentalidad de Guerra Fría"."Recientemente, algunos funcionarios del gobierno de la Commonwealth australiana han lanzado una serie de medidas para interrumpir los intercambios normales y la cooperación entre China y Australia con una mentalidad de Guerra Fría y una discriminación ideológica", recalcó la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China (NDRC).
El ministro australiano de Comercio, Dan Tehan, reaccionó a la decisión y dijo que era "decepcionante", pero añadió que Canberra seguía abierta a retomar las conversaciones. El gobierno australiano había descrito anteriormente el Diálogo Económico Estratégico China-Australia como una de las "principales reuniones económicas bilaterales" entre ambos países.
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