Con 140.000 millones de euros, repartidos a partes iguales entre subvenciones y préstamos, España es el segundo beneficiario del fondo de recuperación tras Italia. Dada la urgente necesidad de recibir el estímulo, nuestro país fue de los primeros en empezar a preparar con la Comisión Europea sus inversiones y reformas para acceder a la ayuda el pasado septiembre. Sin embargo, el Gobierno al final no ha conseguido ser ni el primer socio en enviar el plan (Portugal), ni cumplir con su objetivo de remitirlo en marzo, ni destacarse del resto para sacar algo de ventaja en la evaluación, y por lo tanto con los desembolsos. Según un alto cargo comunitario, una docena de países enviarán sus propuestas de inversiones y reformas la próxima semana. El resto lo hará pasada la fecha objetivo de finales de abril, aunque en la Comisión no se preocupan al priorizar la calidad de los planes sobre la velocidad.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, y ministra de Economía, Nadia Calviño, discutió ayer por videoconferencia el plan español con el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis. Probablemente será la última llamada, aunque desde Economía recuerdan que el contacto entre Madrid y Bruselas es constaste. Fuentes comunitarias indicaron a elEconomista que se discutieron los últimos puntos por pulir, pero que ya está encarrilado.
"Existe un buen avance y confiamos en que España pueda presentar su plan en los próximos días", escribió Dombrovskis en Twitter tras la videoconferencia.
El documento se da ya por finiquitado, tras haber dedicado las últimas semanas a rematar aspectos como la granularidad de los hitos que darán acceso a los desembolsos. El borrador está "tan cerrado" que su versión definitiva se presentará la próxima semana confirmó el jueves desde Bruselas la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. La abanderada de Unidas Podemos en el Gobierno se desplazó hasta la capital comunitaria para discutir con Dombrovskis la reforma laboral, uno de los aspectos más sensibles del plan español.
Una vez en manos de la Comisión, sus servicios tendrán dos meses para evaluar las propuestas nacionales y otro mes adicional el Consejo (que agrupa a los Estados miembros). Un alto cargo comunitario excluyó ayer la posibilidad de reducir el periodo de dos meses de evaluación, tal y como han pedido algunos Estados miembros, señalando la enorme cantidad de información que contienen los planes de los 27. Algunos Estados miembros han enviado más de 50.000 páginas, añaden las mismas fuentes.
En paralelo a la evaluación, se espera que los Estados miembros concluyan la ratificación del fondo de recuperación de 800.000 millones de euros para finales de este semestre. Así, la Comisión espera realizar en julio el primer desembolso del 13% de prefinanciación de la cantidad que corresponde a cada país tras aprobar sus planes, unos 10.000 millones de euros en el caso de España. Un alto cargo comunitario no descartó que se pueda realizar un nuevo desembolso este mismo año, si se cumplen todos los compromisos del primer hito acordado. En el caso de España, esta transferencia podría ir vinculada la presentación de la reforma laboral, dado que Díaz se comprometió a concluirla este año.
En el caso de que los socios se atasquen con alguna inversión o reforma, fuentes comunitarias recuerdan se contempla desembolsos parciales, o incluso es posible renegociar los hitos de su plan. Pero ello implicaría no solo convencer a la Comisión sino también al resto de Estados miembros, que deberían validar el cambio. Una tarea hercúlea si se trata de posponer o aguar reformas importantes como la laboral o pensiones. Europa poco a poco empieza a encarrilar la puesta en marcha del fondo de recuperación, pero la batalla de los próximos seis años por los desembolsos probablemente traerá de vuelta las largas noches de la pasada crisis.
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