El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, impuso este jueves una nueva remesa de sanciones contra Rusia, incluyendo medidas conciernen a su deuda pública, en una fuerte escalada de la confrontación entre Washington con Moscú.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, impuso este jueves una nueva remesa de sanciones contra Rusia, incluyendo medidas conciernen a su deuda pública, en una fuerte escalada de la confrontación entre Washington con Moscú.
Las primera hornada de reveses de la Administración Biden incluye también la expulsión de 10 diplomáticos rusos así como sanciones contra 38 entidades, individuos y empresas acusados de participar en los esfuerzos para interferir en las elecciones estadounidenses y realizar ciberataques contra el país. También se hizo alusión a la ocupación de Crimea y las recompensas por soldados de EEUU en Afganistán.
Estos reveses, ya anticipados desde hace meses, supone una reacción a "todo el alcance de las actividades extranjeras perjudiciales de Rusia", justificó la Casa Blanca, que resaltó cómo esta sanciones son las más profundas en años.
En una nueva orden ejecutiva, Washington amplió las prohibiciones existentes sobre las empresas financieras estadounidenses que comercian con deuda pública rusa, según informó el Departamento del Tesoro. Las prohibiciones anteriores dirigidas a partes de la deuda soberana rusa sacudieron los mercados de Rusia y agravaron sus problemas económicos.
De esta forma se prohíben a las instituciones financieras estadounidenses negociar con la deuda estatal rusa de nueva emisión y con los bonos emitidos por el banco central ruso y el Fondo Nacional de la Riqueza. La prohibición afecta a la deuda emitida después del 14 de junio.
La opción de centrar sus castigos en la deuda es considerada por muchos como una "opción nuclear"
"Esta orden ejecutiva envía una señal de que EEUU impondrá costes de manera estratégica y económicamente impactante a Rusia si continúa o intensifica sus acciones internacionales desestabilizadoras", explicó la Casa Blanca en un comunicado.
El hecho de que la Administración Biden haya optado por centrar sus represalias en la nueva deuda estatal es considerada por muchos como una "opción nuclear" y un hito en el régimen de sanciones de Washington contra Moscú, cuya primera ronda fue implementada por la Administración Obama en respuesta a la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.
El gobierno de EEUU también acusó formalmente al servicio de inteligencia extranjero de Rusia de orquestar el ataque cibernético SolarWinds a los sistemas informáticos del gobierno y las empresas estadounidenses, una campaña de espionaje masivo de la que el país podría tardar años en recuperarse por completo.
Llamada al embajador
Tras anunciarse las sanciones, Rusia citó el jueves al embajador de EEUU, John Sullivan. La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, adelantó que la conversación con el embajador "no será del agrado de la parte estadounidense".
Cabe recordar como a comienzos de semana Biden invitó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, a "reducir las tensiones" y propuso una cumbre "en los próximos meses". El Kremlin se negó a responder a la propuesta y continuó insistiendo en que la llamada telefónica se había realizado a petición de Washington.