Economía

Madrid, a un mes del 4-M, marca el calendario de la política nacional

  • El resultado condicionará posibles nuevas alianzas o el fin de algunos partidos
Isabel Ayuso (PP), Ángel Gabilondo (PSOE), Mónica García (MásMadrid), Pablo Iglesias (Podemos), Rocío Monasterio (VOX) y Edmundo Bal (Cs)

A un mes apenas de la cita en las urnas el próximo 4 de mayo en la Comunidad de Madrid, estos comicios tienen visos de convertirse en un termómetro para medir el futuro de la política nacional, bien anticipando el final de algunas formaciones, bien adelantando nuevas alianzas entre otras, consolidando quizás el bipartidismo, o incluso también, aclarando el calendario de unas generales en función de los resultados obtenidos (se habla de otoño de 2021 o primavera de 2022). Hasta tal punto de que -explica un prestigioso consultor a elEconomista- si hay un vuelco del voto a la izquierda, Pedro Sánchez saldrá muy reforzado, pero si por el contrario gana Isabel Díaz Ayuso -como apuntan¡ los sondeos-, el PP y Pablo Casado también serán ganadores.

Las apuestas están servidas, desde un triunfo del PP en solitario, o bien con Vox como soporte, a la desaparición de Ciudadanos, a un triunfo de la izquierda con la entrada de Iglesias en el Gobierno de Madrid. Lo que sí es previsible es que el debate de la autonomía fiscal será un acicate electoral.

La génesis del conflicto

Aunque era un clamor creciente el adelanto electoral en la Comunidad de Madrid, dada la falta de empatía entre la presidenta Isabel Díaz Ayuso y el exvicepresidente Ignacio Aguado, la moción de censura en la Región de Murcia precipitó los acontecimientos para evitar otra posible moción en Madrid, moción que Ciudadanos acabó arropando en la Mesa de la Asamblea.

La ausencia de química entre la dirigente del Partido Popular y el dirigente de la formación naranja fue manifiesta desde el primer día. Una cosa eran los acuerdos alcanzados en el Consejo de Gobierno, y otra lo que el entonces portavoz explicaba ante los medios.

La prueba de esos desencuentros más palmaria vino con motivo del estado de alarma, y de los pronunciamientos por parte de Aguado, partidario de cerrar la economía madrileña a cal y canto en Navidades. Ignacio Aguado dejaba así en evidencia lo que defendía la presidenta y sus consejeros, mayoría en el Ejecutivo madrileño. Llegó a presumir de ser el interlocutor con Moncloa en materia de Sanidad, mientras Enrique Ruiz Escudero, el titular de esa negociación, acudía a los Consejos Interterritoriales con la postura oficial.

En este guirigay de tiras y aflojas, de desmentidos, de filtraciones a la prensa sobre cuestiones personales de la presidenta -casi siempre de la mano de dirigentes de Cs, sostienen a eE fuentes políticas-, llegó la moción de Murcia, luego el anticipo de las elecciones en la Comunidad de Madrid -con los consejeros naranjas fuera de Sol-, el desembarco de Pablo Iglesias a la contienda madrileña, y días más tarde el fichaje del PP de Toni Cantó.

La irrupción de Iglesias

El último aderezo a este interesante episodio político, se añadía hace tres semanas con la intención de Iglesias de competir en la política regional de Madrid, y por ende abandonar su puesto en Moncloa como vicepresidente segundo del primero Gobierno de coalición de España, presidido por Pedro Sánchez.

¿Motivos?, todos; que si cansancio de las responsabilidades, que si aburrimiento por la gestión, que si ningún otro compañero quería aparcar de esa forma su cartera ministerial; el líder morado expone que se va a la contienda autonómica porque tiene que "salvar a Madrid de la ultraderecha", aunque en los círculos políticos se alimenta la versión de que su marcha se debe básicamente a que, de no presentarse él como cabeza de cartel, Unidas Podemos está condenada al olvido porque podría no llegar ni a tener el 5% de los votos, vistos los resultados de otras elecciones como las gallegas o las vascas. Así que, sin Ley de Vivienda bajo el brazo, sin Ley Trans y sin derogación de la reforma laboral, Iglesias desembarca en Madrid a dejarse la piel con un discurso muy social de impuestos a la vivienda vacía, eliminación de la educación concertada, cerrar el Hospital Zendal, por lo que ya anticipa un estilo muy agresivo al estilo de aquella "cal viva" que le echó en cara a Pedro Sánchez.

La desprogramación del PSOE

Con Ángel Gabilondo como candidato del PSOE-M -cuando muchas quinielas le situaban como futuro defensor del Pueblo-, el profesor universitario concurre bajo las siglas socialistas con el handicap de tener que ganar las elecciones y de ser capaz de sumar con alguna fuerza política para llegar a Sol. De otra forma, la lectura política de un fracaso en Madrid podría tener un trasfondo nacional, como en el caso del PP, si éste no logra una victoria.

En los últimos días, Gabilondo se ha separado de los postulados de política fiscal que apuestan por armonizar impuestos a Madrid, subiendo los tributos cedidos a las CCAA. Dicen que este cambio es un guiño a los votantes de Cs desubicados, e incluso para convencer a votantes de la derecha a los que no les gusta Ayuso. En cualquier caso, Unidas Podemos ya ha tachado esta actuación de táctica electoral, ya que, el pasado 4 de febrero, Gabilondo y su partido registró en la Asamblea 18 enmiendas para rebajar las deducciones fiscales del Gobierno del Partido Popular con Cs.

Del lado de la izquierda también se encuentra Más Madrid. Su candidata, Mónica García, ha dejado claro que concurre sola sin el soporte o la mochila de Pablo Iglesias. En su alegato dijo aquello "de las mujeres estamos cansadas de que en los momentos históricos nos apartemos". Más Madrid no se ha escondido a la hora de reconocer que en su proyecto económico-fiscal está subir el IRPF y el impuesto de Patrimonio.

¿Apoyos del PP?

En cuanto a Vox, campaña que dirigirá Santiago Abascal sin atacar demasiado a Ayuso, defiende las ayudas directas, la bajada de impuestos y la eliminación de gastos superfluos, además de su política social. Entretanto, Cs, con la mano tendida al PP, en función del programa, se califican de moderados, sensatos y reformistas. Edmundo Bal, su cabeza de cartel, asegura que no pactará con Gabilondo "porque va en un pack con Iglesias".

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