El primer ministro de Italia y ex presidente del BCE, Mario Draghi, ha presentado un plan de reconstrucción ligado a reformas en el ámbito fiscal, de la justicia, de educación y de empleo, en su discurso de investidura. El banquero ha marcado como prioridad impulsar la vacunación del país para comenzar la recuperación económica, mezclado con un encendido discurso europeísta y de defensa del euro.
Draghi ya no tiene que disimular su perfil más político en su nuevo cometido como primer ministro. Ha desplegado todas su dotes para las mociones de confianza que tendrán que superar en el parlamento italiano. El veterano banquero ha marcado sus prioridades en el plan de reconstrucción del país comprometiendo profundas reformas en materia tributaria, desarrollo sostenible, laboral, administración pública y justicia.
El mensaje de Draghi va para dentro del país y para las instituciones europeas con cara de acceder a las ayudas de la UE. "Hoy tenemos la posibilidad o más bien la responsabilidad de iniciar una nueva reconstrucción, como hicieron los gobiernos después de la Segunda Guerra Mundial", ha dicho.
Para ello, ha avanzado que se realizará una profunda reforma fiscal con una renovación integral. "No es una buena idea cambiar los impuestos de uno en uno". Habrá una simplificación del IRPF con el objetivo de reducir la carga tributaria y mantener la progresividad. También ha anunciado que se reforzará la lucha contra la evasión fiscal.
Draghi ha avanzado que habrá prórroga del año escolar para la recuperación perdidos a causa de la pandemia. A la vez que ha anunciado que aumentará la inversión en Educación para reforzar el modelo de escuelas profesionales. Otros planes importantes del programa de gobierno serán medidas en materias laboral para aumentar la participación de la mujer en el mercado de trabajo y reducir la brecha salarial. Draghi ha recogido el guante de las principales recomendaciones en las que suele incidir Bruselas en sus evaluaciones.
Draghi ha hecho una defensa del euro y de las instituciones europeas frente a los populismos de los últimos años en Italia. "Debemos estar orgullosos de la contribución de Italia al crecimiento y desarrollo de la Unión Europea", ha subrayado. Y ha dicho "sin Italia no hay Europa". El primer ministro ha apuntado que estados "seguirán siendo la referencia para los ciudadanos", pero "tendrán que ceder la soberanía nacional para obtener una soberanía compartida".
La UE ha estado muy presente en el discurso de Draghi, que ha hecho precisamente del europeísmo una de sus banderas antes de llegar al poder en Italia. En su opinión, aunque los países puedan y deban seguir siendo "la referencia para los ciudadanos", también es necesario que "renuncien a soberanía nacional para ganar soberanía compartida".
El expresidente del BCE ha apelado a la "responsabilidad nacional" y ha reconocido la labor de su predecesor, Giuseppe Conte, que se enfrentó "a una situación sanitaria y económica como nunca había habido desde la unificación de Italia". Draghi que cuenta con el apoyo parlamentario suficiente para superar las mociones de confianza, pese a que algunos miembros del Movimiento 5 Estrellas se están descolgando, ha destacado que que apoyar a su gobierno significa compartir la idea de que el euro es irreversible.