
La propuesta para establecer una garantía europea para los depósitos cubiertos (hasta 100.000 euros) está a medio camino entre el santo grial y los zombies. Objetivo casi legendario para los cruzados que persiguen una mayor integración en la eurozona, se ha mantenido prácticamente en un estado de muerte cerebral debido a la oposición de poderosos rivales, sobre todo Alemania. Berlín rechaza mutualizar los riesgos bancarios hasta que las entidades, sobre todo las de la periferia, no reduzcan más la concentración de deuda soberana nacional, entre otras demandas.
Portugal, al frente de la UE este semestre, quiere dar un impulso a los trabajos técnicos para desbloquear la iniciativa. Apostarán por abordar los nudos que bloquean una solución híbrida que lleva tiempo en cocción, según los documentos preparatorios a los que tuvo acceso elEconomista.
Esta fórmula híbrida se basa en la coexistencia de un fondo central y los sistemas nacionales de garantía de depósitos. El fondo central proporcionaría liquidez solo cuando los esquemas nacionales se agoten, y otros esquemas nacionales tendrían la obligación de proporcionar liquidez al fondo central si resultara necesario.
Para reforzar los argumentos de quienes defienden la garantía europea para los depósitos (o EDIS), o sus variantes híbridas, la Comisión presentó este mes a los Estados miembros un estudio que resalta que la probabilidad de déficit de liquidez, es decir, depósitos cubiertos que quedarían desprotegidos, sería del 87% en un escenario como el anterior crisis financiera.
Pero esta probabilidad se reduciría al 46% en el caso de contar con un EDIS completo, mientras que la probabilidad aumentaría ligeramente en el caso de los modelos híbridos (47% -56%), según el estudio al que tuvo acceso este diario.
La Comisión concluyó que "todas las variantes de EDIS consideradas en el análisis reducen significativamente la probabilidad y el tamaño de los déficits de liquidez, incluso en un evento sistémico".
España se ha volcado en los trabajos de esta formula híbrida para intentar desbloquear la garantía europea de depósitos, según señalan fuentes del Ministerio de Economía. Pero todavía existen numerosos problemas por resolver. El objetivo es que los expertos nacionales y comunitarios presenten un informe técnico al Eurogrupo a principios de junio.
Entre las cuestiones que deber abordar Portugal para avanzar en el modelo híbrido se incluyen el tamaño del fondo central, los préstamos obligatorios entre el fondo central y los planes nacionales, la gobernanza del esquema, y los requisitos para facilitar liquidez a los sistemas nacionales, incluidos posibles topes.
El modelo híbrido es un sistema basado en préstamos. El esquema de garantía de depósitos nacional beneficiario tendría que reembolsar el apoyo de liquidez que recibiera al fondo central, con intereses.
Este trabajo técnico respaldará el encargo de los líderes de la zona euro a sus ministros de Finanzas, a quienes pidieron el pasado diciembre que prepararan este semestre "un plan de trabajo escalonado y con plazos" sobre todos los elementos pendientes para completar la unión bancaria, refiriéndose principalmente al EDIS.
Además, la comisaria de Servicios Financieros, Mairead McGuinness, también está considerando presentar una nueva propuesta sobre EDIS si resultara necesario para superar el punto muerto de la propuesta.
Fuentes del ministerio de Economía explican que, con esta solución híbrida, se está intentando "abrir una brecha" para avanzar con un modelo que resulte digerible para los críticos. Sin embargo, aunque reúne el consenso suficiente para ser punto de partida de la discusión, las mismas fuentes no esperan desbloquear el acuerdo a corto plazo, dado que aun se está intentando recuperar el ímpetu perdido durante la pandemia.
Portugal argumenta en sus documentos preparatorios que el EDIS reduciría gradualmente la dependencia de los esquemas nacionales de garantía de depósitos (financiados por bancos) en los colchones nacionales (financiados por las arcas públicas), a los que acuden cuando se quedan sin dinero, "ayudando a romper el vínculo entre el sistema bancario y el soberano, y evitando la uso del dinero de los contribuyentes ".