Economía

El PP se impulsará en la economía y en Europa para preparar su asalto a la Moncloa

  • Génova restará poder a los "barones" para consolidar el liderazgo de Casado
  • Los populares saben que 2021 debe ser el año clave para su despegue electoral
  • Desarollará una alternativa acorde con las directrices de la UE y con bajada impositiva
El líder del Partido Popular, Pablo Casado. Fotografía: EFE.
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Pablo Casado y la dirección de Génova tienen muy claro que 2021 debe ser el año clave para el despegue electoral del Partido Popular y preparar el desalojo de La Moncloa de la coalición socialcomunista. Un objetivo para el que las actuaciones diseñadas por los estrategas del equipo del secretario general, Teodoro García Egea, se despliegan en dos frentes: el interno, mediante la celebración de congresos provinciales previos al congreso nacional; y el externo, dirigido a obtener el espaldarazo de los socios europeos y de unos empresarios españoles que todavía no terminan de verle como alternativa sólida y real al sanchismo imperante.

La brillante intervención de Casado durante la moción de censura de VOX y su nítido distanciamiento del partido de Abascal ha sido el primer paso de un largo camino que tiene como primera etapa las elecciones municipales y autonómicas de 2022. Recuerdan en Génova que la conquista del poder territorial en los comicios regionales y locales de 2011, en los que el Partido Popular obtuvo el 44,63 por ciento de los sufragios frente al 28,7 por ciento del PSOE, como consecuencia del voto de castigo al gobierno de Rodríguez Zapatero, fueron la catapulta que impulsó la mayoría absoluta de Mariano Rajoy meses después. Y ahora, con una crisis económica aún más grave que la de entonces y agravada por la mala gestión de la crisis sanitaria, piensan que es muy posible una repetición de la jugada.

Para ello el movimiento inicial es consolidar el liderazgo interno de Casado mediante la renovación de las direcciones territoriales en una veintena de provinciales para "dar paso a nuevos liderazgos", en palabras de un alto cargo del PP, con personas leales al presidente y restar poder a los "barones" regionales. Este cambio de caras se producirá mediante la celebración de congresos provinciales, vía telemática para controlar mejor el desarrollo de los mismos, y una vez consumados los relevos se convocará el congreso nacional en el que se pretende apuntalar el cierre de filas y sin fisuras en torno a la figura de Casado.

Este adelantamiento de los congresos provinciales ha provocado ya cierta contestación en algunas comunidades, especialmente en Madrid, que entienden que el proceso debe ser contrario, es decir primero el congreso nacional y después los provinciales, aunque no parece que vayan a impedir el calendario previsto por el secretario general. De hecho, la gestora que dirige el PP de Madrid desde la dimisión de Cristina Cifuentes en 2018, está promoviendo gestoras por todos los distritos, operación que están llevando a cabo Ana Camins y el senador Erguido.

Apoyo de las empresas y en Europa

Paralelamente a esta consolidación interna Pablo Casado va a prodigar durante el próximo año su presencia y sus contactos en Europa y con las instituciones económicas nacionales e internacionales con un doble objetivo: que las cancillerías europeas le respeten y que sea reconocido por los empresarios españoles y los inversores extranjeros como alternativa de Gobierno.

Para ello desde la dirección popular han encargado a los responsables del área económica del partido la elaboración de un programa económico y laboral alternativo acorde con las directrices de la Comisión Europea y despierte ilusiones entre las organizaciones empresariales y en los ciudadanos, basado en tres aspectos básicos: el rigor presupuestario, la bajada de impuestos y el mantenimiento de la reforma laboral como eje para la creación de empleo estable.

En la sede de Génova estiman que los efectos económicos y sanitarios de la pandemia no va a desaparecer hasta entrado el año 2022 y que España se encamina a un cierre del año 2020 con una deuda explosiva superior al 115 por ciento del PIB, un crecimiento económico negativo superior al -14 por ciento, una inflación en negativo, un déficit público del 12 por ciento y un paro con tendencia a superar el 20 por ciento de la población activa. Todo ello "envuelto en una prima de riesgo artificial y un debate sobre la demolición del sistema del 78 y las instituciones". Todo esto estima que se mantendrá hasta 2023, lo que obligará a la UE a intervenir de alguna manera a España controlando sus políticas, sus planes de deuda y déficit, el mercado laboral y los programas de inversión·. Con estos condicionantes -añaden- "el año 2021 podrá confirmar que Casado es alternativa al gobierno de la coalición socialcomunista".

Recuperar el voto de Vox

Con estos condicionantes -añaden dirigentes populares- "el año 2021 podrá confirmar que Casado es alternativa al gobierno de la coalición socialcomunista". Para ello las proyecciones que manejan diferentes especialistas demoscópicos, el Partido Popular debe conseguir llegar a 2022 con una proyección de voto que le otorgue entre 145 y 150 diputados, absorbiendo los restos del naufragio de Ciudadanos y el 50 por ciento del voto prestado a Vox.

En Génova están convencidos de que "Ciudadanos es un azucarillo en fase de disolución" y que algunos de sus principales dirigentes regionales como Juan Marín en Andalucía, Francisco Igea en Castilla y León y Begoña Villacís en Madrid no tendrán problema en incorporarse a la filas populares si se consuma la disolución de los naranjas y Casado reafirma su distanciamiento de Abascal.

En esta estrategia se enmarca también la incorporación de José Manuel Villegas, el que fuera número dos de Albert Rivera, al patronato de una fundación próxima al PP, dedicada al desarrollo sostenible, y promovida por ex ministros de Aznar como Josep Piqué, Abel Matutes y Juan Costa.

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