
Mejores previsiones económicas para unos y mucho peores para otros: la brecha se amplía. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que la economía global se contraerá este año un 4,5%, mejorando así en 1,5 puntos la previsión lanzada en junio, cuando las economías avanzadas comenzaban a abandonar el letargo que había supuesto los diferentes confinamientos. Ahora, con la recuperación económica ya en marcha y el virus controlado en China y con una expansión más modesta en otros países, la OCDE pone el foco en las regiones en las que el covid-19 está descontrolado, lo que podría generar fuertes diferencias entre países.
La organización ha revisado al alza el PIB de EEUU, donde se contraerá un 3,8% (frente al 7,3% estimado anteriormente), el de China que pasa a crecer un 1,8% (se preveía una contracción 2,6% antes) y en la zona euro donde el PIB caerá un 7,9% frente al 9,1% anunciado en las anteriores previsiones. Sin embargo, el PIB se hundirá en la India un 10,2%, 6,5 puntos más de caída que en la previsión anterior. En Sudáfrica el golpe asciende 4 puntos hasta una caída del 11,5%, mientras que en México el PIB se contraerá un 10,2%, 2,7 puntos más y en Argentina un 11,2%, 2,9 puntos más.

Se prevé que el PIB mundial disminuya en un 4,5% este año, antes de repuntar en un 5% en 2021. La caída de la producción mundial en 2020 será menor de lo esperado en las anteriores previsiones de junio, pero seguirá siendo un colapso sin precedentes en la historia reciente. No obstante, la mejora en la previsión global "enmascara diferencias considerables entre países, con revisiones al alza en China, Estados Unidos y Europa, pero resultados mucho más débiles de lo esperado en India, México y Sudáfrica", alerta la organización de los países desarrollados.
La mejora de las previsiones en los países más fuertes reduce el impacto global, lo que según la OCDE esconde el verdadero sufrimiento de economías menos desarrolladas. "Las importantes revisiones al alza en China y Estados Unidos, y las más pequeñas en las economías europeas, explican la mayor parte del ajuste al crecimiento global", sostiene el informe.
La OCDE destaca que China es el único país del G20 en el que se prevé que la producción aumente en 2020, ayudado por el momento más temprano del brote del virus, el rápido control del virus y el apoyo político proporcionado para permitir un rápido repunte de la actividad.
Por otro lado, pese a que la recuperación ha comenzado en varios países, el organismo advierte de que el crecimiento está empezando a perder fuerza por los rebrotes y la falta de confianza de los agentes. "La producción mundial colapsó en el primer semestre de 2020 cuando la pandemia de covid-19 se afianzó, con grandes caída en algunas economías avanzadas y de mercados emergentes. Sin el apoyo político rápido y eficaz introducido en todas las economías, la contracción de la producción habría sido sustancialmente mayor. El crecimiento ha vuelto rápidamente tras la flexibilización de las medidas de confinamiento y la reapertura inicial de las empresas, pero el ritmo de la recuperación mundial ha perdido algo de impulso durante los meses de verano", sentencia el informe.
La incertidumbre sigue dominando el panorama global, lo que retrasará las decisiones de inversión de las empresas y el gasto de los hogares. Todo ello supone un lastre para el crecimiento económico. "Las tenencias de los depósitos bancarios de las empresas también han aumentado sustancialmente desde el inicio de la pandemia en muchos países, lo que da margen para un gasto más fuerte si la demanda y la confianza mejoran rápidamente. Sin embargo, las intenciones de inversión se han debilitado, lo que sugiere que es probable que la elevada incertidumbre mantenga la inversión empresarial en niveles bajos durante algún tiempo", sostiene la OCDE.
En estas previsiones intermedias, la organización no ha actualizado los datos de España. No obstante, resulta importante recordar que en las publicadas en junio se anunció que la economía española sufrirá la mayor contracción entre los países desarrollados si se produce un rebrote del coronavirus después del verano. Un mercado laboral precario (elevada temporalidad, trabajadores autónomos y a tiempo parcial) y una dependencia notable del turismo convierten a España en el país más vulnerable de la OCDE a un rebrote del covid-19. El desplome de la actividad llegará hasta el 14,4% si se reproduce este escenario. Por el contrario, si el virus se apaga poco a poco, la actividad retrocederá un 11,1% en 2020.