
Las viviendas vacacionales turísticas de Mallorca han registrado en lo que va de temporada estival una media del 27% de ocupación, una situación "desastrosa" ante la que piden una moratoria de dos años para poder alquilar en periodos de más de un mes y que se les exima de determinados impuestos turísticos.
El presidente de la Federación de Estancias Turísticas Vacacionales de Mallorca, Jordí Cerdó, ha hecho este martes en rueda de prensa una radiografía de la evolución en tiempos de coronavirus de este tipo de viviendas, alrededor de 14.000 en la isla y que funcionan con licencia, sujetas a un régimen de alquiler especial y que deben pagar la ecotasa e impuestos reforzados como el IBI.
Según Cerdó, estas viviendas registraron en julio un pico del 60% de ocupación, bajaron al 40% cuando el Reino Unido estableció una cuarentena obligatoria y al 27% después de que este agosto Alemania desaconsejara viajar a las islas. La temporada cerrará, según sus cálculos, entre un 15 y un 20% de ocupación.
La situación es difícil para estos propietarios, ha remarcado Cerdó, con "vuelos vacíos" procedentes de Alemania, donde se ha generado, en su opinión, una "psicosis" con noticias sobre el coronavirus en la isla "multiplicadas por diez" en el país germano.
Cuando, según Cerdó, estas viviendas son especialmente seguras por su aislamiento y los protocolos de desinfección que se aplican. "En fincas turísticas no ha habido ningún infectado, la vivienda está desinfectada y ahí dentro es imposible que se infecten, son seguras al cien por cien", ha detallado Cerdó sobre unos alquileres que no han bajado sus precios a pesar de la crisis.
"Reacios a bajar precios"
"Somos reacios a bajar precios, no es política", ha dicho el presidente de la federación, si bien algunos propietarios han optado por no cobrar la ecotasa a sus clientes.
Ante la baja ocupación y para poder recuperarse de las pérdidas de este año, Cerdó ha pedido un cambio normativo al Consell de Mallorca para establecer un periodo excepcional de 2 años, hasta 2022, en el que se les permita alquilar en periodos superiores a un mes, tal y como les reclaman algunos extranjeros que quieren pasar varios meses en las islas.
Como prueba de la repercusión de la pandemia en el mercado alemán, el director de la agencia Fincallorca, Benjamín Schleining, ha informado en la rueda de prensa de que, frente al habitual perfil planificador a un año vista, esta temporada un 90% de sus clientes no quieren viajar con la reserva confirmada, sino poder cambiar de opinión a última hora.
"Es una montaña rusa", ha dicho el responsable de una agencia basada en Alemania que gestiona 1.500 propiedades en Mallorca, y que este año se encuentra con clientes que "deciden de un día para el otro", con el doble de solicitud de reservas en el último minuto.
Para Schleining, las instituciones españolas han sido "bastante transparentes" en la gestión de la pandemia, pero en Alemania se han difundido en medios imágenes de fiestas puntuales en lugares turísticos que no se corresponden, en su opinión, con la realidad de Mallorca. "Las medidas que hay en la isla o en España son bastante más fuertes (que en Alemania)", ha opinado.