El temor a la deflación ha sido el detonante para que el Banco Central Europeo (BCE) aumentara su programa de compra de bonos de emergencia, según el responsable de la política monetaria y Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. "Los riesgos de deflación han aumentado y esa es una de las razones por las que el Banco Central Europeo está tomando las medidas que está tomando, para asegurar que el riesgo no se materialice", señala Hernández de Cos en una entrevista con Bloomberg News en Madrid. "Estoy entre los que piensan que esta crisis es esencialmente desinflacionaria, en el sentido de que algunos de los problemas que tuvimos con la baja inflación se están acumulando", apunta. Así, destaca el temor de que la pandemia del coronavirus pueda llevar a la Eurozona a una espiral similar a la de la depresión, con una caída de precios y salarios, si no se contrarresta el golpe a la economía.
La decisión del BCE del jueves fue la última de una serie de medidas de gasto sin precedentes por parte de las autoridades para salvar puestos de trabajo y mantener las empresas a flote. Hernández de Cos prevé que la demanda seguirá siendo débil en los próximos meses, mientras se produce la desescalada en las medidas de confinamiento. "Es probable que los consumidores mantengan la cautela y sigan ahorrando preocupados por perder sus trabajos y ante la amenaza de un nuevo brote de coronavirus", manifiesta, citando una alta correlación entre el desempleo y las tasas de ahorro en España.
El BCE aumentó su programa de compra de bonos para la pandemia en 600.000 millones de euros (680.000 millones de dólares) para 1,35 billones de euros, y lo extendió hasta al menos junio de 2021. Esas compras se extenderán por mucho tiempo para absorber la enorme carga de la deuda que los gobiernos están acumulando, aunque los economistas ya han empezado a decir que tendrá que hacer más a finales de este año.
"No tenía sentido dudar hasta el último minuto sobre cuándo vas a extenderte y por cuánto. Cuanto antes, mejor", señala Hernández de Cos
"Cuando la incertidumbre es muy alta, por ejemplo, cuando existe el riesgo de una baja inflación o incluso la deflación... la respuesta de la política monetaria tiene que ser aún más contundente e incluso más rápida", apunta Hernández de Cos. "No tenía sentido dudar hasta el último minuto sobre cuándo vas a extenderte y por cuánto. Cuanto antes, mejor", añade.
Mientras que una minoría de economistas dice que una combinación de paquetes de gastos e interrupciones de la oferta podría conducir a una ola inflacionaria después de la crisis, las propias proyecciones del BCE muestran que los precios al consumidor se mantienen muy por debajo de su objetivo. El Supervisor redujo sus previsiones al 1,3% para 2022, en comparación con el objetivo de sólo menos del 2%. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, enfatizó en una conferencia el jueves que el objetivo del programa de bonos de la pandemia es doble. Por un lado, calmar volatilidad del mercado que podría astillar la Zona Euro, por ejemplo en economías estresadas como como Italia. Por otra parte, tiene el objetivo de reducir el riesgo de que la inflación se quede corta. "El asunto de la fragmentación del mercado sigue presente pero se ha estabilizado más o menos, precisamente como consecuencia de este programa", indica Hernández de Cos.
"Vamos a seguir ejerciendo toda la flexibilidad del programa sin considerar la clave de capital como una restricción", indica Hernández de Cos
El BCE ha aumentado sus compras de deuda italiana, en particular, y Hernández de Cos, con 49 años de edad y un potencial para futuro candidato a presidente del BCE, considera que la institución continuar ejecutando el programa como sea necesario. Sostiene que la regla de que la deuda debe ser comprada en proporción al tamaño relativo de cada economía, bajo la llamada clave de capital, es una guía pero no una camisa de fuerza. Es una postura potencialmente controvertida porque la clave de capital está destinada en gran medida a garantizar que el BCE no viola la legislación de la Unión Europea sobre la financiación de los gobiernos.
Hernández de Cos asegura que el banco central podría alinearse con la clave de capital en un momento posterior sobre toda la vida del programa, pero ahora no es el momento de decidir. "Es un punto de referencia que está ahí, pero no es una restricción a corto plazo", asevera. "Ahora, lo que es importante, es que vamos a seguir ejerciendo toda la flexibilidad del programa sin considerar la clave de capital como una restricción", añade.
Destaca que los consejeros del Supervisor no discutieron la posibilidad de comprar bonos que caigan por debajo de una calificación de grado de inversión, conocida como ángeles caídos, pero eso "obviamente no significa que no lo discutirá en el futuro". Hernández de Cos avala los planes de gasto lanzados por los gobiernos nacionales para apuntalar su economías afectadas por la pandemia y considera que sus programas trabajaban mano a mano con las economías política. "En esta crisis, hay más de un equilibrio", señala. "La respuesta fiscal nacional tiene ha sido muy fuerte y la respuesta europea está mejorando progresivamente", concluye.