
El índice de actividad del sector manufacturero de España en abril registró un fuerte deterioro por el impacto de la epidemia y las medidas de contención. El índice de PMI experimentó un descalabro sin precedentes al pasar de 45,7 puntos en marzo a 30,8 puntos, su peor lectura desde diciembre de 2008, durante la crisis financiera mundial. Sin embargo, más preocupante han sido los indicadores de producción, pedidos y exportaciones que se hundieron más allá de 1998, desde que comenzó la serie histórica. Lo más preocupante es que las fábricas españolas registraron un retroceso mayor que el mostrado en países como Italia, Alemania y Francia.
El panel del PMI manufacturero recoge la actividad de alrededor de 400 empresas españolas del sector industrial, a través de encuestas. El dato, elaborado por la consultora IHS Markit, se esperaba ruinoso (todo lo que sea por debajo de 50 indica contracción del sector), pero la cifra ha sido peor de lo que contemplaban las previsiones y mucho más profundo respecto a la registrada en países como Italia, Alemania y Francia.
Las fábricas españolas se han enfrentado durante el mes de abril a la fase más virulenta del coronavirus, donde se han adoptado las medidas de confinamiento más extrema, con casi el cierre total durante dos semanas para contener el virus, además de arrastrar una caída en picado de la demanda exterior y problemas de suministro desde Asia.
"Aunque tal vez no sea sorprendente dadas las restricciones vigentes relacionadas con las actividades económicas no esenciales, los últimos datos del índice PMI para el sector manufacturero de España dejaron al descubierto la magnitud de las consecuencias económicas de la pandemia de la COVID-19 para los productores", apunta, Paul Smith, economista de la consultora IHS.
Ya en marzo, el golpe para el sector fue morrocotudo, pero durante este mes de abril varios indicadores han registrado mínimos históricos en una serie que se remonta a febrero de 1998. La producción, los nuevos pedidos, el comercio de exportación y las compras cayeron a ritmos sin precedentes, superando incluso el impacto que supuso la última Gran Recesión y la crisis financiera de 2008.
Quizá abril sea el peor mes que registre el sector en la actual crisis desatada por el coronavirus, pero hay serias dudas de que se produzca una rápida y vigorosa recuperación atendiendo a otras variables del PMI, como confianza empresarial y del empleo. La destrucción de puestos marcó un ritmo en abril que solo se superó durante el apogeo de la crisis financiera. Las empresas manifestaron una gran inquietud sobre el impacto a largo plazo que la pandemia tendrá en la demanda.
Las fábricas españolas comienzan a vislumbrar que "la recuperación tras el confinamiento, puede resultar mucho más arduo que el regreso rápido a los niveles de actividad previos a la crisis que muchos anhelan", indica Smith. La actual crisis está poniendo a las compañías españolas en modo supervivencia y mostrando mayor debilidad que en otros países europeos.
En España, el descalabrado ha sido mayor que la media europea. Incluso peor que en Italia, un país donde la magnitud de la pandemia ha sido parecido que en España, y con medidas confinamiento casi similares. El PMI manufacturero italiano se situó en abril en 31,1 puntos, desde los 40,3 puntos de marzo. Solo en Grecia el registro de actividad ha sido peor que en el sector español.
Tanto en Alemania, Francia y el conjunto de la zona euro el descalabro industrial de abril se ha ajustado a los pronósticos. El PMI manufacturero se situó en 33,4 puntos, dos décimas menos de las previsiones. En Alemania fue del 34,5, una décima por encima de la estimación inicial y en Francia del 31,5, en línea con lo previsto.