Economía

Yolanda Díaz apunta a mantener la figura del permiso retribuido recuperable

  • La ministra llama a las fuerzas políticas un acuerdo contra la precariedad
  • Y plantea la posibilidad de extender los ERTEs más allá del Estado de alarma

La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, apuntó ayer, durante su intervención en la Comisión de Trabajo en el Congreso, a la posibilidad de que la figura del permiso retribuido recuperable puede mantenerse en el ordenamiento jurídico "si hay acuerdo entre la empresa y los sindicatos". La ministra ha deslizado esta idea para los trabajadores con personas a cargo.

El permiso retribuido recuperable fue el conejo de la chistera que se sacó el Gobierno para mantener a gran parte de los trabajadores en casa durante dos semanas y facilitar la hibernación de la economía para contener al coronavirus, a finales de abril.

Fue una figura novedosa en el ordenamiento jurídico español para que el trabajador no acudiera a su puesto de trabajo dejando a deber a la empresa las horas no empleadas hasta el 31 de diciembre de este año.

La ministra de Trabajo deslizó ayer el empleo de esta figura para los próximos meses en la fase de recuperación, sobre todo para conciliar el cuidado de los hijos cuando los padres se incorporen al trabajo sin que estén los centros educativos abiertos.

Díaz ha instado a desarrollar la figura para ese tipo de trabajadores con personas a su cargo. "La figura del permiso retribuido recuperable puede mantenerse como una posibilidad a utilizar si hay acuerdo entre empresa y representantes sindicales", explicó ayer a los diputados. Y fue más allá proponiendo que además se puede aplicar a una parte de la jornada para después recuperar las horas.

La ministra subrayó que el Estatuto de los Trabajadores recoge la posibilidad de ausentarse del trabajo con remuneración en determinados casos.

Extensión de los ERTEs de fuerza mayor durante la fase de recuperación

Díaz señaló que el diseño de la estrategia para la recuperación partirá de dos fases y que en la primera, en la que la excepcionalidad se mantiene, pero atenuada, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs) por fuerza mayor seguirán teniendo "una gran relevancia" por lo que deberán mantenerse transitoriamente.

La ministra cree que, además, en la etapa posterior al fin del estado de alarma se tendrá que responder a una nueva visión del trabajo, sobre todo respecto al tiempo de trabajo y al lugar en el que se desarrolla.

"La crisis sanitaria nos ha puesto ante los ojos una reflexión sobre las nuevas maneras de trabajo que ya no podremos postergar", remarcó. Asimismo, ha señalado que el ensayo del teletrabajo en las semanas de crisis sanitaria "ha abierto más posibilidades a esta figura laboral que convendría potenciar".

"La situación de aislamiento ha puesto de manifiesto que deben existir sistemas fiables y homologados, particularmente en relación al teletrabajo", ha apostillado la titular del Ministerio.

Díaz ha dejado claro que el teletrabajo no es solo una solución de emergencia, sino que es una herramienta "ha venido para quedarse". Por ello, ve necesario que se aborde la regulación del trabajo a distancia y "deberá contemplar una nueva manera de trabajar efectiva y que asegure derechos, particularmente con relación a la prevención de riesgos y a la jornada laboral".

Respecto a la segunda fase, la titular de Trabajo y Economía Social ha afirmado que el punto de referencia será "la normalización y configuración de un ordenamiento laboral que dejará de ser de emergencia y abordará una nueva normalidad".

La ministra llama a las fuerzas políticas un acuerdo para acabar contra la precariedad

Díaz ha urgido a todas las fuerzas políticas a alcanzar un "acuerdo contra la precariedad" para acabar con ella.

Durante su comparecencia ante la Comisión de Trabajo de la Cámara Baja, Díaz ha asegurado que esta precariedad y "las debilidades" de la "estructura productiva" son "las razones que están detrás de la respuesta casi automática de muchas empresas, que acuden a la rescisión de los contratos temporales ante cualquier incertidumbre".

Un "comportamiento indeseado" que, ha apostillado, considera que es posible por una regulación sometida a reformas "que van en la dirección equivocada" pues considera que con ellas "se ha olvidado la centralidad del trabajo en los proyectos empresariales y la necesaria estabilidad", a cambio de "un modelo cortoplacista que prefiere la temporalidad, la parcialidad y la precariedad, y que debilita los derechos laborales y los vínculos contractuales entre empresas y trabajadores".

Así, ha incidido en que de los 731.075 trabajadores asalariados que causaron baja en la afiliación a la Seguridad Social, un total de 592.254 tenían un contrato temporal, un 81% del empleo destruido en marzo, y que si poco más de un 1% de trabajadores con contrato indefinido perdieron su empleo ese mes, en el caso de los temporales la pérdida de empleo alcanzó al 14%.

En este sentido, ha criticado "un modelo laboral basado en la precariedad, en la rotación laboral extrema, con contratos de muy corta duración, muchas veces en fraude de ley, y con escasa vinculación entre la persona trabajadora y la empresa", así como "una nefasta cultura en la gestión de los recursos humanos, uno de cuyos principales valores es la temporalidad contractual".

Por ello, ha instado a "enterrar en el desván de la historia" una "vergonzosa característica" del mercado de trabajo español y "que nadie vuelva a escuchar ese tan triste como cotidiano 'Es lo que hay'. "Si no lo hacemos, fallaremos a nuestro pueblo", ha advertido, llamando a acabar con "una situación insoportable": "¿Quién puede defender hoy el modelo precario?", se ha preguntado.

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