El presidente del Gobierno ha permanecido 38 minutos en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, en su primera sesión de control parlamentario de la era coronavirus, para básicamente lanzar dos mensajes en tres respuestas: la apelación al pacto, bajo el manto de una nueva política y, una subida de impuestos cuando se supere la crisis sanitaria, para luchar contra la injusticia social. En el capítulo sobre la gestión del Gobierno, Sánchez presumió de ser uno de los países del mundo que más test rápidos hace al día, concretamente, 20.000.
El Gobierno se tenía bien aprendido el guión en su vuelta al control de la oposición. A los ataques del resto de fuerzas políticas, especialmente del PP y Vox, la respuesta era siempre la misma, tender la mano pese a sus críticas, y a su "rencor".
"Sermones semanales"
Con esa filosofía, el presidente ha desoído el fuerte discurso de Pablo Casado, líder de la oposición, quien ha comenzado recordado cómo habiendo apoyado a Sánchez en la nueva prórroga del estado de alarma, aun así ha tenido que escuchar de la boca de Adriana Lastra, insultos como "inútil, indigno, e irresponsable".
Casado fue directo contra los "sermones semanales" de Sánchez, y le reprobó por querer ser más que el Rey, olvidando que la soberanía reside en el parlamento, y es ante él donde tiene que responder, señaló.
Incrédulo con los pactos de Estado que propone el dirigente socialista, Casado dijo no creer "en el teatro de guiñoles que nos vende", porque, según el presidente del Partido Popular, esto lo hace para que a la postre "todos seamos responsables" de esta crisis y de su gestión. "A usted -remachó en su intervención- solo le interesa el poder. A nosotros nos interesan los españoles", indicó.
No obstante, Casado hizo un listado de pactos que podrían debatirse de manera sectorial en los órganos correspondientes como las comisiones parlamentarias, el Pacto de Toledo, la Conferencia de Presidentes Autonómicos o, subcomisiones.
"La economía española va a necesitar del concurso de todos"
Pero ajeno al tono y al contenido de la alocución de Pablo Casado, el presidente del Gobierno manifestó que la economía española va a necesitar del concurso de todos, "y apelo a su fuerza política. Y ojalá que nos encontremos en ese acuerdo tan necesario", remató Sánchez.
Preguntado por las presiones de los empresarios, en este caso, en el turno de EH Bildu, el jefe del Ejecutivo discutió esta tesis asegurando que las decisiones tomadas "han sido fruto del diálogo social, siempre con la recomendación de los expertos".
No quiso abordar Sánchez la posibilidad de un rebrote de los contagios y de las muertes
No quiso abordar Sánchez la posibilidad de un rebrote de los contagios y de las muertes por coronavirus por el hecho de haber levantado la hibernación de los servicios no esenciales este lunes 13 de abril. Es más, dijo el presidente que España "es el país del mundo que hace más números de test: 20.000 al día".
En su última intervención, y a la pregunta del Grupo Mixto, Pedro Sánchez rescató la subida del impuesto de Sociedades "para que las grandes empresas paguen más", y también la implantación de la tasa digital, "dentro de los parámetros progresistas", dijo.
Esquivando posibles nacionalizaciones, como planteó la diputada de la CUP, Mireia Vehí, Sánchez subrayó, la hora de defender sus decretos económicos y sociales, que "Estamos en la vanguardia". Tras ello, ponderó las ayudas a los autónomos ("hemos hecho muchas cosas por los autónomos), beneficiarios de los ERTeS, ayudas a las familias con el mantenimiento de suministros básicos y, adelanto de las entregas a cuenta a las CCAA.
Mimetismo del Consejo de Ministros
Con mimético discurso al de Sánchez, el vicepresidente Pablo Iglesias, o las ministras María Jesús Montero y Yolanda Díaz afearon las preguntas de la oposición, calificándolas directamente de indignas para un momento tan grave como éste. Nadie asumió responsabilidades. Inglesias llegó a decir que "ningún gobierno del mundo pudo prever la pandemia". Aún así, circunspecto y serio contestó al PP, que, amén de tener que ser "más constructivos, les voy a tender la mano".
"Tengo la suerte de tener una casa con jardín donde salir con sus hijos"
A la pregunta de Gabriel Rufián, más cómodo y menos telegráfico que con el PP y con Vox, el líder podemita impugnó a su Gobierno admitiendo "ser consciente de que hay sectores que no están protegidos, al tiempo que señaló que él tiene la suerte de tener una casa con jardín donde salir con sus hijos, mientras al 60% de la gente no le llegan las ayudas".
María Jesús Montero tampoco quiso contestar a la oposición, a la que critico por falta de propuestas. Pero lo cierto es que la portavoz del Gobierno no fue capaz de contestar o desvelar el nombre de la empresa a la que se le adjudicaron los test falsos -como le preguntó Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz del PP-, ni tampoco tuvo argumentos para explicar por qué España es el país con mayor número de muertos. Montero se limitó a que el discurso del Álvarez de Toledo no lo merece un país que vive en esta situación. Y no creo que su partido opine así". Eso sí -remató-. "A pesar de usted y de su rencor, vamos a tender la mano".
Cero críticas aceptó Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, a su gestión, y sin respuesta a por qué la remuneración de los ERTeS está aun sin llegar, o por qué las kellys se han quedado desprotegidas. A José Ignacio Echaniz Salgado, del PP, le recriminó "solo insutlos y ninguna propuesta política". Díaz cerró esta intervención diciendo "unánse y sean responsables".