El presidente Pedro Sánchez ya tiene en su haber la aprobación de la senda de estabilidad presupuestaria de 2020 –un 1,8% de objetivo de déficit–, con un aumento del gasto no financiero del 3,8%. Aunque esta victoria política no garantiza otras en materia económica, sin duda es un gran paso para acercarse a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2020, el principal objetivo del Ejecutivo de coalición. Además, el Gobierno también logró en esta jornada la senda fiscal del periodo 2021-2023. La abstención de Esquerra, en esta votación, ha sido determinante.
Sánchez ha conseguido este jueves suficientes apoyos en el Parlamento, concretamente 164 (PSOE, UP, PNV, MP, Compromís, Nueva Canarias, Coalición Canaria, PRC y Teruel Existe), frente a 150 en contra (JxC, PP, Vox, Cs, Foro, UPN y la Cup) y, 19 abstenciones (ERC, EH Bildu y BNG), para aprobar lo que popularmente se conoce como objetivos de déficit y deuda pública, que han de acompañar al borrador de Presupuestos Generales del Estado.
Menos obstáculos para las Cuentas
En un debate relativamente tranquilo, con las intervenciones más críticas por parte del PP, Vox y en menor medida de Cs –que ayer se ofreció a negociar con el PSOE medidas como la senda y los Presupuestos, si a cambio centraban sus políticos y abandonaban los postulados del populismo y los independentistas–, el Gobierno de coalición cosechaba el primer gran triunfo de la legislatura.
Sánchez no tendrá ningún problema para sacar adelante la votación de la senda fiscal en el Senado
Así pues, la senda quedaba del siguiente modo: un déficit del 1,8% este año, del 1,5% para 2021, del 1,2% en 2022 y, del 0,9% en 2023, con un límite de gasto no financiero (techo de gasto) de un 3,8% más, hasta los 127.609 millones de euros. Mientras que el compromiso de deuda pública para 2021 será del 93,4%.
Con esta mayoría, y de repetirse los mismos votos de hoy, el Gobierno no tendrá ningún problema para sacar adelante la votación de la senda de déficit en el Senado. No obstante, este martes, el Congreso comenzaba el trámite para cambiar la Ley de Estabilidad y así lapidar el derecho de veto de la Cámara Alta sobre esta importante actuación económica.
La tramitación de esta derogación normativa no es baladí. Y es que este año, en 2020, el Estado debía someterse por ley a la obligación de equilibrio presupuestario, razón por la que la izquierda y sus socios quieren tumbar la Ley de Estabilidad para no tener más piedras en el camino de la sendas de estabilidad que plantean con más gasto público.
En esta misma línea de aumento del gasto público, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se comprometió ante partidos como PNV o EH Bildu, a flexibilizar la regla de gasto. Dicho de otro modo, a que las administraciones gasten más y se endeuden más.
La sorpresa de la votación
El sentido del voto de ERC ha sido una sorpresa de última hora, porque en el debate, Joan Margall, portavoz del Grupo Republicano, avanzó que estos objetivos no les gustaban, como tampoco el techo de gasto, o el hecho de no haber devuelto los 400 millones de euros que se les adeuda a Cataluña en concepto del IVA de diciembre de 2017.
Pese a esos inconvenientes, afirmó ERC que daría un margen de confianza y una oportunidad en "agradecimiento" a la mesa de diálogo que este miércoles el Gobierno de Pedro Sánchez ponía en marcha junto a las delegaciones de los partidos separatistas catalanes. En el último minuto, en una mutación estratégica, el voto en positivo se tornó en una abstención, como el de EH Bildu.
Quien también dio la sorpresa fue Ana Oramas, de CC. La misma diputada que en la votación de investidura se puso en contra de Pedro Sánchez, con la consiguiente penalización económica de su formación por saltarse la disciplina de voto. En esta ocasión no sucedió de tal modo. Al finalizar su intervención y bajar las escaleras de la tribuna se aproximó al escaño de Pedro Sánchez y conversó con él unos minutos.
El Partido Regionalista Cántabro también cambió su intención de voto en la senda fiscal. Su voto fue afirmativo como el de Teruel Existe o como el del PNV, defensor esta jornada de una subida de impuestos para aumentar el gasto de las administraciones. Eso sí, siempre y cuando se respete el autogobierno vasco y no afecte a sus impuestos Además, los jeltzales pidieron asimetría fiscal, en la misma sintonía que los partidos de izquierda.
"Gratis las cosas no se votan"
El 'no' de Junts per Catalunya a la senda fiscal del Gobierno fue en la frente. Desde la primera intervención hasta las declaraciones en los pasillos del Congreso, su portavoz, Ferran Bel explicó que no están dispuestos a aprobar esta medida sin nada a cambio. "El Gobierno será muy progresista, pero gratis las cosas no se pueden votar. Nosotros somos proactivos. Y ellos tenían que dar algo a cambio", insistía.
Explicó Bel que su formación había iniciado una conversación con el Grupo Socialista en el Gobierno, pero la propuesta que se han encontrado es una propuesta cerrada que no atendía a su demanda a cambio del voto: la devolución del IVA de diciembre de 2017. En el caso de Cataluña, la devolución de 400 millones de euros.
"Si se piensa que vamos a votar a favor por la mesa, están equivocados"
Sobre ello, profundizó Bel afeando la posición de ERC –de quien recordó que el día anterior había votado a favor en el Senado para ejercer presión sobre el Gobierno para que devuelva los 2.500 millones que se les debe a las administraciones autonómicas.
"No quiero pensar que algunas formaciones van a votar a favor de los Presupuestos sin ese pago del IVA"
"La mesa es otra cosa. Si se piensa que vamos a votar a favor por la mesa, están equivocados. La continuidad de la mesa, si da frutos, no puede estar vinculado a lo que traiga el Gobierno al Congreso", remarcó Bel. Así que, coligió, "no quiero pensar que algunas formaciones van a votar a favor de los Presupuestos sin ese pago (del IVA). Al Gobierno no le puede salir tan barato", concluía.
Duda de las previsiones
El Partido Popular ha sido la primera formación política en cuestionar la senda fiscal presentada por el Gobierno y aprobada este jueves. En nombre del PP, la exministra Elvira Rodríguez comenzó su intervención cuestionando las previsiones económicas, y señalando que sin conocer todavía el déficit con el que cerrará España el ejercicio de 2019 –el Banco de España habla de un 2,4 o un 2,5% de déficit–, resulta poco creíble los objetivos de déficit y de deuda públicas presentados.
Sustanció Rodríguez que, para revisiones –Montero reprobó varias veces la senda fiscal poco realista de Cristóbal Montoro– las del ministerio que dirige María Jesús Montero, que, en 2019 presentó unos objetivos de déficit de 1,1% para 2020, mientras que para este año, y también para 2020, ha presentado unos del 1,8.
"La Ley de Estabilidad no fija procedimientos para aprobar Presupuestos a mitad de ejercicio"
En ese tono crítico, censuró a Montero que omita los reproches que el Informe de Evaluación de la Comisión Europea acaba de hacer sobre la política económica española. "La Ley de Estabilidad –dijo– no fija procedimientos para aprobar Presupuestos a mitad de ejercicio".