
El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, está considerando adoptar una medida temporal para saltarse el mecanismo constitucional de limitar el déficit y la deuda para proporcionar alivio a las regiones endeudadas, según avanza Bloomberg.
La austeridad en el gasto publico puede tener los días contados en Alemania. La regla schwarze null que rige en la Constitución del país para que el presupuesto no incurra en déficit ni eleve la deuda puede suspenderse temporalmente ante las dificultades que atraviesan algunas administraciones regionales y el estacamiento económico que atraviesa la economía.
La iniciativa apunta a que el Estado asumiría la deuda de algunos municipios lo que supondría dar un margen de gasto a las autoridades locales de 10.000 millones de euro, pero a cambio el techo de la deuda federal debería elevarse. La propuesta tiene que ser aprobada en el parlamento y casi toda seguridad tendrá una fuerte oposición dentro del propio Gobierno de coalición formado por la CDU y el SPD.
La cifras que se manejan prácticamente coincide con el superávit presupuestario de 10.000 millones registrado en 2019. La reglas presupuestarias sobre la deuda federal neta solo permiten un aumento del 0,35% con el PIB creciendo. En caso de contracción del 0,5%, el Gobierno estaría autorizado para inyectar 3.500 millones a la economía. La inyección económica está lejos de los 50.000 millones que insinuó el año pasado Scholz cuando la economía se quedó al borde de la recesión con la industria gripada por la guerra comercial y la incertidumbre del Brexit.
La principal economía del euro está lejos de despejar las dudas sobre su crecimiento. Se estancó en el último trimestre de 2019 y cerró el ejercicio al menor ritmo de expansión desde 2013. A pesar de que los últimos datos disponibles apuntan a un ligero repunte en el arranque de año, el brote de coronavirus amenaza con hacer descarrilar de nuevo a la locomotora alemana.
Alemania destaca como uno de los pocos países de la UE con un superávit presupuestario y una carga de la deuda baja. El BCE y la propia Comisión lleva presionando desde hace meses para que lance un paquete de estímulos para combatir la actual ralentización económica.