
A partir de este marzo, la UE y el Reino Unido intentarán cerraracuerdo sobre su futura relación en apenas nueve meses un acuerdo sobre su futura relación. La negociación se espera dura, tensa, por las divergencias de las posiciones de partida.
La ratificación también podría ser complicada si pasa por los parlamentos nacionales, como ya ha sucedido con otros acuerdos comerciales de la UE en el pasado, como el de Canadá.
Sin embargo, desde la Comisión Europea y el Parlamento Europeo no creen que resultará necesario el visto bueno de los diputados nacionales.
El presidente del comité de comercio del Parlamento Europeo, Bernd Lange, señaló este martes a un grupo de periodistas que el futuro marco de relaciones entre la UE y el Reino Unido será un acuerdo de asociación, y "seguro" no sería necesaria la bendición de las cámaras de los 27 al contener competencias puramente comunitarias, y no mixtas que salpican también a los Estados miembros.
Lange añadió que este era también el punto de vista de los Estados miembros, cuando discutieron con las instituciones comunitarias el pasado mes el marco de la futura relación en un seminario de diez días.
Precedente en el acuerdo de Singapur
Un fallo del Tribunal de Justicia de la UE sobre el acuerdo de Singapur en 2017 aclaró qué competencias corresponden al ámbito exclusivo del derecho comunitario y, por lo tanto, no requieren aprobación nacional.
Los jueces de la UE concluyeron que la política comercial es una competencia exclusiva de la UE. Según el fallo, esto también incluye los derechos laborales y las normas ambientales, enfatizó Lange. "No veo problemas para tener un acuerdo exclusivo de la UE", indicó el eurodiputado socialista alemán.
"No veo problemas para tener un acuerdo exclusivo de la UE"
Tras la presentación del lunes del mandato de negociación para la futura relación entre la UE y el Reino Unido, fuentes comunitarias apuntaron que el texto propuesto caía bajo el paraguas del derecho comunitario, pero agregó que el proceso de ratificación se decidiría una vez que se concluyera el acuerdo y se supiera realmente el contenido del mismo.
La Eurocámara finalizará este miércoles su posición sobre la relación futura con el Reino Unido, y será adoptado por el plenario la próxima semana.
Lange explicó que el punto de vista de los eurodiputados está "bastante cerca" del borrador del mandato presentado por el jefe negociador de la UE, Michel Barnier, con pequeñas adiciones sobre los OGM, la protección del consumidor y la igualdad de condiciones.
A pesar de las divergencias que ya surgieron entre las posiciones de Londres y Bruselas, Lange esperaba que se llegara a un acuerdo en noviembre, para concluir el proceso de ratificación antes de que finalice el período de transición el 31 de diciembre.
"Si hay una voluntad clara en ambos lados, es posible llegar a un acuerdo en nueve meses", comentó.
Una de las principales disputas será la similitud regulatoria que la UE quiere garantizar entre ambas partes en materia de normas laborales, medioambientales, fiscales y de competencia.
Preservar las normas comunitarias
Lange avisó que "por supuesto, nunca aceptaremos, solo desde el principio, una isla de descarga al otro lado del Canal". En este sentido, explicó que el objetivo principal de la Eurocámara es evitar cualquier regresión sobre las normas comunitarias en estas materias de las que parte el Reino Unido tras su salida.
Sin embargo, Lange se mostró más escéptico sobre la posibilidad de una "alineación dinámica" entre los dos regímenes, como defienden algunos de sus colegas, para garantizar que las normas y reglamentos no diverjan en el futuro.
"No estoy seguro de que este sea un enfoque realista, y esto no debería ser una línea roja". Explicó que la posición del Parlamento exigiría "apuntar a una alineación dinámica", más como un objetivo aspiracional.