Economía

La fórmula de Portugal para llenar su territorio vacío: restringe la visa oro a extranjeros en Lisboa y Oporto

Lisboa.

Portugal se adelantó a España en ofrecer visados de residencia a los extranjeros de fuera de la UE que compraran un inmueble por más de 500.000 euros y ahora va a limitarla para frenar la entrada de capital en Lisboa y Oporto y desviarlo a los territorios con menos densidad de población.

Como en España, el mercado inmobiliario luso se desplomó tras el estallido de la crisis financiera y los inversores salían despavoridos de Portugal, mientras el país enfilaba un rescate tras la caída de Grecia e Irlanda. Un año antes que España, el Gobierno portugués intentaba atraer inversores extranjeros con el lanzamiento de una visa oro para otorgar permiso de residencia si invertían más de 500.000 euros en vivienda.

La medida fue todo un éxito. Inyectó alrededor de 4.500 millones al mercado inmobiliario, principalmente procedente de China, y fue uno de los pilares del milagro económico de la recuperación. El sector inmobiliario de Portugal se ha convertido en uno de los más atractivos de Europa de grandes inversores, solo por detrás de Luxemburgo. Los precios llevan disparados con subidas anuales superiores al 10%.

Ahora el Gobierno socialista de Antonio Costa ha anunciado que limitará las visas oro restringiéndolas en Lisboa y Oporto, las principales ciudades del país y que ha sido el principal destino de los inversores extranjeros.

La propuesta tiene el objetivo de que otras regiones del país menos pobladas se beneficien de la medida, según ha explicado Costa en un discurso televisado. El primer ministro defendió la necesidad de contener la especulación sobre el mercado de vivienda. Y argumentó que las clases medias están teniendo problemas para acceder al mercado inmobiliario en las ciudades más grandes.

Las visas oro "deberían contribuir a la recuperación del mercado inmobiliario donde sea necesario o en áreas de baja densidad de población", subrayó.  Como en España, los precios en las grandes sociales están expulsando a muchas personas de las grandes ciudades.

Las reacciones han sido negativas dentro del sector inmobiliario. Temen que las restricciones den ventajas a otros competidores como España, Grecia o Chipre. "No se pueden cambiar las reglas en el medio del juego, especialmente cuando Lisboa y Oporto representan más de la mitad de todas las compras de propiedades por parte de los inversores de visas doradas", afirma Luis Lima, director de la Asociación de Profesionales Inmobiliarios de Portugal a Bloomberg.  El Parlamento tendrá la última palabra con la votación final de los Presupuestos de 2020, el próximo 6 de febrero.

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