Economía

Sánchez pide tiempo: negocia en la UE prorrogar el déficit hasta 2022

  • Economía, consciente de que el gasto de Sánchez-Iglesias es difícil de cumplir
  • Inversores, analistas y CEOE evidencian cierta intranquilidad por la deriva
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Imagen: EFE

Aprobar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado y conseguir una prórroga de Bruselas para cumplir con el objetivo de estabilidad presupuestaria son las dos prioridades en que trabaja el equipo económico del Gobierno, con Nadia Calviño a la cabeza, conscientes de la imposibilidad de cumplir la hoja de ruta diseñada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, mientras empiezan a plantearse que muchas de medidas planteadas en ese Acuerdo por España que firmaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias deberán dilatarse en el tiempo o aparcarse definitivamente. Europa advierte a Sánchez.

El secretario del Tesoro, Carlos San Basilio, avanzaba esta semana en la X edición del Spain Investors Day, que el Gobierno "ya está hablando" con Bruselas sobre los Presupuestos para 2020, mientras que dirigentes del PSOE próximos al Ministerio de Economía confirmaban que dentro de esas negociaciones se plantea una desviación del objetivo de déficit de este año de cinco o seis décimas, hasta el 1 o 1,1%, frente al 0,5% fijado por Rajoy.

Este desvío obligaría a solicitar de la Comisión Europea una prórroga para el cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria que la senda diseñada por Cristóbal Montoro fijaba para 2021 y que el gobierno de coalición PSOE-UP pretende retrasar hasta 2022, con una previsión de déficit de entre el 0,4 y el 0,5% para el próximo ejercicio.

El diseño de esta nueva hoja de ruta y los primeros contactos con las autoridades comunitarias estarían presentes en la decisión del Consejo de Ministros de aplazar la subida del Salario Mínimo Interprofesional y de los sueldos públicos para llevarlos al Diálogo Social. Precisamente la subida de salarios fue una de las cuestiones que los inversores internacionales plantearon a Carlos San Basilio, expresando su profunda preocupación por el efecto negativo que los incrementos anunciados por el Gabinete pueden tener en el crecimiento de la economía y su impacto en la competitividad. Cuestión a la que el secretario del Tesoro respondió con una evasiva, indicando que la ley presupuestaria tendrá combinará consolidación fiscal, con el crecimiento y la inclusión social.

Un escenario complicado

Una segunda cuestión que suscitaba la inquietud de los inversores en las conversaciones con San Basilio y con el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, fue el volumen de la deuda pública española, de la que algunos de los presentes aseguraron que el objetivo de la ministra Calviño es rebajarla en poco más de un punto este año para situarla en el 94,6%del PIB, frente al 95,9% en que se estima habrá cerrado en 2019.

Frente al relativo optimismo del Gobierno, tanto los inversores internacionales como la CEOE y los analistas privados insisten en evidenciar su intranquilidad por la deriva de la economía española y exponen los datos de los indicadores que se van conociendo día a día. Tras constatar que el PIB está ya creciendo por debajo del 2% y la ralentización en la creación de empleo, los datos más recientes conocidos muestran como la creación de empresas, que son las que crean puestos de trabajo, ha registrado en noviembre su peor dato desde 2011, al caer un 8% hasta 7.331, mientras que las disoluciones en 2019 se elevaron a 34.478 con un crecimiento interanual del 2,1% y la confianza empresarial se hunde en el primer trimestre a su peor nivel desde 2016.

También el Servicio de Estudios del BBVA ha corregido a la baja su estimación de crecimiento de la economía española a sólo el 1,6%, al tiempo que dirigentes desde las asociaciones de comerciantes confirman una importante caída del consumo en las campañas de Navidad y de Rebajas, y las denuncias de fuga de inversiones realizadas por la CEOE y el Círculo de Empresarios se veían confirmadas por la caída de un 95% de las inversiones chinas en España durante el año pasado.

A la espera de cómo evolucionen las conversaciones de Bruselas, Gobierno y PSOE han iniciado las negociaciones con sus socios de investidura para obtener el respaldo a los Presupuestos. Responsables del Grupo Parlamentario Socialista mantienen que el respaldo de ERC, PNV y las minorías del Grupo Mixto que dieron el "sí" a Sánchez está asegurado. "Saben que de esos presupuestos depende la ejecución de los proyectos que se les prometieron".

Garantizado este respaldo, la idea del Ejecutivo es presentar el techo de gasto en marzo y tratar de incorporar a la lista de apoyos a Cs e, incluso a VOX, que aquí no habrá reparos para hablar de evitar otra convocatoria anticipada de elecciones.

Primera grieta

Otra de las promesas claves de la coalición Sánchez-Iglesias, la derogación de la reforma laboral ha abierto ya la primera grieta en el Gobierno socialpopulista. La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz insiste en la derogación total de la reforma del PP, mientras que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, apuesta por tocar sólo aspectos puntuales, en línea con Bruselas y los organismos internacionales, y con algún guiño a los sindicatos como el tratamiento del absentismo.

En la segunda edición del citado Spain Investors Day, los inversores internacionales interrogaron al secretario del Tesoro sobre cómo influiría una hipotética derogación de la reforma laboral en la deslocalización de las empresas españolas, cuestión a la que Carlos San Basilio se limitó a constatar que el mercado laboral español "padece algunas ineficiencias", pero en modo alguno habló de derogar. Además en Moncloa y en Ferraz son conscientes de que el compromiso de no derogar la reforma laboral podría ser una de las condiciones exigidas por Bruselas para admitir las desviaciones en el déficit.

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