
Igual que en España el lobby de pensionistas logró en abril de 2008 revertir la reforma de las pensiones de 2013, las jornadas de protestas y huelgas en Francia han doblegado al Elíseo, que ha suavizado la impopular reforma de las pensiones del Ejecutivo de Emmanuel Macron, que pretende retrasar en dos años, de los 62 a los 64, la edad legal de jubilación, entre otras medidas.
"La reforma no se aplicará a los nacidos antes de 1975", manifestó ayer el primer ministro francés, Edouard Philippe.
Así, el Gobierno francés evidenció ayer su temor a la pérdida de popularidad y dio una de cal y una de arena. El Ejecutivo mantendrá su controvertida reforma de las pensiones, pese a siete días de huelga en los transportes públicos y dos jornadas de protestas nacionales, pero ofreció algunas concesiones a los manifestantes, a los que pidió el cese de las movilizaciones.
París pretende tender a un sistema público homogéneo para todos los trabajadores en el que cada euro cotizado tenga el mismo retorno para todos
En su discurso, Philippe reveló el contenido integral de la reforma, prometida por Macron durante su campaña presidencial, pero acotó el colectivo de edades al que se aplicará y se comprometió también a realizar una "transición progresiva" y "sin brutalidad" hacia la creación de un "sistema universal" de pensiones, que enterrará al actual, compuesto por 42 regímenes diferentes dependiendo de la profesión. La eliminación de esa panoplia de regímenes es realmente el núcleo de la reforma francesa, aunque no el único objetivo.
París pretende tender a un sistema público homogéneo para todos los trabajadores en el que cada euro cotizado tenga el mismo retorno para todos los profesionales, sin perjuicio de alguna modulación para determinadas profesiones que por su dureza física justifiquen un retiro anticipado. Esa homogeneización se acometerá por un mecanismo de puntos aún por desgranar.
Finalmente, el nuevo esquema "será el mismo para todos, sin excepciones", dijo el primer ministro , negándose a retirar el grueso del texto, como le exigen al Ejecutivo desde hace una semana los sindicatos de los trabajadores, que temen una precarización de las jubilaciones, aunque ya se ha admitido que no afecte a todos al acotar la fecha de nacimiento para su aplicación.
Pensión mínima de 1.000 euros desde 2022
Por otra parte, el Elíseo promete que con el nuevo sistema todos los jubilados recibirán una pensión mínima de 1.000 euros a partir de 2022, siempre y cuando se cumplan los años de trabajo y cotización necesarios. Aunque se comprometió a mantener la edad legal mínima de jubilación en 62 años, añadió, que la reforma "incitará a trabajar más tiempo" como "ya es el caso en otros países".
Además, la reforma prevé ser garantista en materia de género, ya que contempla que computen los periodos de maternidad, baja por enferemdad o desempleo en los puntos asociados a la cotización.
Rechazo sindical
Tras anunciar estas medidas, Edouard Philippe urgió el fin a las huelgas y manifestaciones que sacuden al país. "Me parece que las ga-rantías que hemos dado a los sectores de la población más preocupados justifican que se reanude el diálogo y que la huelga que penaliza a millones de franceses se detenga", declaró.
No obstante, todo hace prever, según AFP, que las movilizaciones seguirán, dada la reacción de los sindicatos a estas medidas del gobierno. Así, el principal sindicato de la SNCF, la compañía de trenes francesa, instó a "reforzar la huelga" y el resto de organizaciones laborales llamaron a una gran nueva movilización el 17 de diciembre en París.