
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a presionar a China el miércoles antes poner rumbo a Austin, Texas, donde tenía previsto visitar una fábrica de Apple junto a Tim Cook, el consejero delegado de la compañía. "China quiere lograr un acuerdo y seguimos hablando", señaló dejando claro que la pregunta es si el mandatario está dispuesto a hacerlo.
"Me gusta lo que está ocurriendo ahora. Estamos recibiendo miles y miles de millones de dólares", señaló en referencia a los ingresos procedentes de los gravámenes impuestos por su administración sobre productos chinos por valor aproximado de 360.000 millones de dólares. Sólo en septiembre, EEUU recolectó un récord de 7.000 millones de dólares en ingresos derivados de dichos aranceles.
Al mismo tiempo, la agencia Reuters, citando fuentes y expertos cercanos a la Casa Blanca, indicó que la Fase 1 del acuerdo podría no completarse este año. Una señal que pone de manifiesto las dificultades encontradas por ambos países. El pasado 11 de octubre, tanto el presidente de EEUU como el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, aseguraron que la primera parte del plan se lograría en cinco semanas. Algo que ahora parece poco probable.
Goldman Sachs: "Las precondiciones para un entendimiento han crecido por lo que existe un mayor riesgo de que este acabe por paralizarse"
Las declaraciones de Trump se produjeron justo un día después de que amenazase con elevar el azote arancelario contra el gigante asiático si este no se compromete a un acuerdo que agrade al republicano. Precisamente, Alec Phillips, economista político de Goldman Sachs advirtió en una nota a sus clientes que "la probabilidad de un incremento de las presiones arancelarias ha aumentado" dado que "las precondiciones para un entendimiento han crecido por lo que existe un mayor riesgo de que este acabe por paralizarse".
Phillips se refería así a los gravámenes del 15% previstos para el próximo 15 de diciembre sobre bienes de consumo chino por valor de 160.000 millones de dólares. Un elemento de presión que los negociadores estadounidenses no están dispuestos a eliminar dado que necesitan garantizar que el gobierno de Xi Jinping cede en las negociaciones a la vez que implementa cualquier tipo de compromiso que pueda lograrse.
La aprobación de una ley en EEUU para proteger los derechos humanos en Hong Kong también puede afectar a las negociaciones
Sin embargo, Pekín no está dispuesto a comprar hasta 50.000 millones de dólares anuales en productos agrícolas estadounidenses, como busca Trump, sin un plan concreto que rebaje y elimine escalonadamente los aranceles impuestos hasta la fecha. Recordemos que también China tasa productos estadounidenses por un valor superior a 110.000 millones de dólares.
Las negociaciones que podrían estar estancadas en estos momentos, según fuentes citadas esta semana por el Wall Street Journal y la CNBC, pueden además verse afectadas implícitamente por la ley aprobada el martes unánimemente en el Senado de EEUU para proteger los derechos humanos en Hong Kong.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Geng Shuang señaló el miércoles que dicha ley "reniega de los hechos y la verdad, aplica un doble estándar y descaradamente interfiere en los asuntos de Hong Kong y China". "Es una seria violación de la ley internacional y las normas básicas de relaciones internacionales entre los gobiernos", añadió.