Las empresas exportadoras atraviesan la tormenta perfecta de tensiones comerciales y la incertidumbre desatada por el desenlace del Brexit. Por primera vez en seis años, el sector destruye empleo durante el tercer trimestre del año, y las perspectivas del negocio a corto y medio se desploman a niveles no vistos desde 2012.
España refleja los mismos síntomas de agotamiento que la economía europea. Las exportaciones se paran en mitad del frenazo del comercio global, con epicentro en Alemania, por el aumento de las tensiones geopolíticas. El Banco de España adelantó en su informe trimestral que el sector exterior habría registrado una contribución negativa al crecimiento del producto en el tercer trimestre, como reflejo del avance más acusado de las importaciones en relación con el de las exportaciones. En agosto el sector sufrió una caída del 6,2% interanual, del 3,6% datos en términos de desestacionalizados y corregidos de efecto calendario, lo que supone la primera caída en un mes de agosto desde 2014.

A falta de conocer los datos de septiembre, los exportadores anticipan un tercer trimestre deprimente según la Encuesta de Coyuntura de la Exportación, elaborada por la Secretaría de Comercio del Ministerio de Industria, con un panel de 1.900 empresas. El Indicador sintético de actividad exportadora (ISAE), que tiene en cuenta la cartera de pedidos y las perspectivas para corto y medio plazo, ha entrado en terreno negativo por primera vez desde 2012, al caer a 1,5 puntos. El índice oscila entre de -100 y 100 y una cifra negativa indica una percepción negativa del sector. Gran parte de la recuperación económica experimentada por España se explica por la contribución del sector exterior. Año tras año, desde 2012, el índice de Comercio ha ido acompañando con cifras positivas la expansión de las exportaciones y ha reflejado las dos últimas recesiones de la economía española situándose en terreno negativo.
El verano para el sector ha estado lleno de complicaciones. A las tensiones comerciales, que se han elevado con una nueva ronda de aranceles por parte de EEUU a productos europeos, el Brexit ha llenado de incertidumbre a los pedidos procedentes de Reino Unido, según se acercaba la fecha límite para una salida abrupta y con un Gobierno de Johnson más proclive de forzarlo, que se ha cebado especialmente con el sector del automóvil. Los autos son el que mayor específico tiene en la industria española y son de los peores comportamientos que registran dentro de los subsectores dentro de las exportaciones, junto a las semifacturas no químicas y materias primas.

Más allá del índice, las empresas exportadoras españolas relatan un sombrío panorama presente y futuro. La cartera de pedidos se ha desplomado a -9,4 el nivel más desde 2012. Desciende casi seis puntos el porcentaje de quienes consideran que la cartera de pedidos de exportación evolucionó al alza en el trimestre (20,2%), hay que remontarse a 2009 para observar un dato peor en la serie histórica de Comercio; mientras se incrementa casi nueve el de quienes consideran que ha evolucionado a la baja (29,6%), el nivel más elevado desde el cuarto trimestre de 2012, y baja tres el de los que sostienen que se ha mantenido estable (49,9%).
Pero lo peor son las perspectivas que manejan las exportadores españoles. El indicador balance de perspectivas de exportación a tres meses cae a 5,4 puntos desde los 8,9 puntos del segundo trimestre, al incrementarse casi cinco puntos el de quienes consideran que la evolución será a la baja (21,9%).

El indicador de las expectativas del comportamiento de la cartera de pedidos a doce meses vista (17,8) también experimenta un descenso moderado de menos de tres puntos con respecto al del trimestre anterior (20,4), situándose en mínimos de 2011. Las pobres expectativas a corto y medio plazo tienen reflejo en los planes de empleo. Desde 2013, la Secretaria de Comercio incluye en la encuesta sobre contrataciones laborales. Las empresas reconocen que por primera vez desde 2014 han destruido empleo en el tercer trimestre del año. Pocos subsectores se libraron de la reducción de empleo. Solo lo hicieron las empresas dedicadas a exportar productos químicos y ligados al consumo. El más afectado fue el de bienes de consumo duradero (-12,3).

El porcentaje de empresas que prevén que la contratación se mantenga estable (79,6%) desciende casi tres puntos con respecto al trimestre anterior, mientras que se incrementa más de dos el de los que consideran que evolucionará al alza (9,4%) y apenas varía el de los que opinan que la evolución será a la baja (9,3%) en los próximos tres meses. Las perspectivas más pesimistas son para los exportadores de bienes duraderos.