
Más de 4.000 españoles cruzan a diario el paso fronterizo de Irún para acudir a sus puestos de trabajo en Francia. La celebración de la cumbre del G-7 en la localidad francesa de Biarritz, a menos de 30 kilómetros de la frontera, ha atascado durante toda la semana a todos estos trabajadores, que soportan retenciones de unos siete kilómetros debido a los controles de seguridad.
De hecho, tanto la Dirección General de Tráfico (DGT) como el Ayuntamiento de Irún han pedido a los vecinos que eviten transitar por la frontera durante estos días. La jornada con mayor atasco fue la del sábado, que alcanzó los 12 kilómetros en sentido Francia.
Amplio despliegue
El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, explicó que 2.810 efectivos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado están "preparados para garantizar la seguridad y los derechos y libertades de los ciudadanos" durante la cumbre del G-7 y ha asegurado que "no hay ninguna improvisación".
Grande-Marlaska destacó que los cuerpos policiales están "formados y preparados para prevenir hechos violentos que se producen en algunas cumbres", en alusión a movimientos como los chalecos amarillos, radicales de izquierdas o anarquistas que en acontecimientos de este tipo "buscan tener su protagonismo", el cual, según ha dicho, "la sociedad acepta y admite siempre que sea pacífico".
En ese sentido, detalló que los efectivos de este operativo se distribuyen en 1.878 de la Guardia Civil y 932 de la Policía Nacional. Los agentes se dedicarán a funciones de información, extranjería, control de fronteras y acciones conjuntas con Francia, especialmente.
Grande-Marlaska recordó que Francia solicitó del Estado español hace unos meses la colaboración y cooperación para garantizar la seguridad de estos eventos y que se desarrollaran pacíficamente. "Hay una labor previa donde se han establecido los dispositivos necesarios para garantizar la seguridad", insistió.