
El motor europeo, tal y como es conocida la economía alemana, parece haberse gripado, como ya venían advirtiendo sin fin de analistas. Después lo que se ha venido llamando la década dorada para las finanzas del país, el PIB germano amenaza con su contracción. Entre abril y junio registró una contracción de la actividad del 0,1% en comparación con el primer trimestre de 2019, cuando el PIB germano creció un 0,4%, según el dato preliminar de la Oficina Federal de Estadística (Destatis). ¿Las causas? La guerra comercial, causante de la reducción de las exportaciones, y la recesión industrial.
"La evolución de la balanza comercial internacional frenó el crecimiento de la economía, puesto que las exportaciones registraron una mayor caída trimestral que las importaciones", aseguró la oficina estadística, que ofrecerá información con más detalle sobre el desempeño de la actividad económica de Alemania el 27 de agosto.
El Ministerio de Economía y Energía de Alemania señaló tras conocerse la contracción del PIB en el segundo trimestre que los conflictos comerciales han empeorado recientemente y las perspectivas de un Brexit ordenado no han mejorado, lo que ha enfriado el comercio y la economía global, perjudicando a la industria alemana, mientras que la economía doméstica sigue siendo robusta. De esta manera, se pone fin a diez años consecutivos de crecimiento del PIB germano. Cabe recordar que desde el final de la recesión global, es decir, a partir de los años 2008 y 2009, la economía alemana subía a un ritmo de medio punto de media trimestralmente.
"En este contexto, los indicadores económicos se han debilitado. Las ventas y los nuevos pedidos en la industria son notablemente más bajos que hace un año y el clima de negocios se ha deteriorado significativamente", reconoció el Ministerio, aunque defendió que "la economía nacional permanece intacta", destacando que el empleo y los salarios están aumentando y las políticas monetarias y fiscales están dando impulsos positivos.
Mejora doméstica
De hecho, en la comparación intertrimestral, Destatis destaca que la demanda doméstica germana volvió a tener una contribución positiva, con un incremento del consumo de los hogares respecto del primer trimestre, así como del gasto público.
Asimismo, la oficina estadística germana señaló que entre abril y junio también se incrementaron las inversiones, aunque la formación de capital fijo en la construcción fue inferior a la de los tres primeros meses de 2019. Con todo, la desaceleración de la economía alemana ha forzado en menos de un año a Berlín a recortar a la cuarta parte su previsión de crecimiento del PIB en 2019, ya que originalmente confiaba en una expansión del 2,1%, que en octubre de 2018 ya rebajó al 1,8% y de ahí al 1% el pasado 30 de enero.
No obstante, de cara a 2020, el Gobierno germano prevé que la economía alemana recupere parte del pulso perdido a lo largo del presente 2019 y registrará un crecimiento anual del 1,5%, en línea con la expansión del PIB en 2018.