Motor

La Guardia Civil alerta del peligro del 'aquaplaning': las cinco 'reglas' que debe seguir para controlar el coche si patina

La lluvia aumenta el riesgo sobre la carretera puesto que dificulta la visibilidad y reduce la adherencia de los neumáticos. Las primeras gotas suelen convertir la calzada en una pista de patinaje, si bien el peligro se incrementa conforme la vía acumula mayor cantidad de agua, pudiendo originarse el efecto 'aquaplaning'. | Cuidado si tiene un coche negro: encienda las luces.

Estas zonas con charcos o balsas de agua disminuyen hasta un 50% la capacidad de agarre del neumático cuando se circula a una velocidad de 60 km/h, una pérdida de adherencia que se dispara hasta el 90% a 100 km/h, según cifras de la Dirección General de Tráfico (DGT).

¿Por qué se produce? Ocurre cuando los canales que forman el dibujo de la goma no son capaces de expulsar el agua que acumulan al rodar, formándose una película entre la rueda y el asfalto que evita el contacto entre ambas superficies. Este peligroso fenómeno se traduce en la elevación del neumático por la presión del agua sobre la calzada, similar a lo que ocurre en el esquí náutico que permite el deslizamiento sin hundirse, desembocando en la pérdida total del control del automóvil.

Para que esto no suceda, la Guardia Civil ha recordado a través de su cuenta de Twitter las cinco 'reglas' básicas que debe seguir en caso de que su coche patine para recuperar la dirección: reduce poco a poco velocidad; no levantes bruscamente el pie del acelerador; mantén las ruedas rectas; no pises el embrague; y no gires el volante.

Por su parte, la DGT explica que, además de la cantidad de agua, existen diversos factores que propician el 'aquaplaning', como llevar los neumáticos con poca presión o desgastados, o circular demasiado deprisa, entre otros.

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