Motor

Nissan dirime el futuro de sus plantas con una producción en mínimos

  • Zona Franca ensambló 17.017 unidades hasta julio, el 8,5% de su capacidad

El proceso de reindustrialización para las plantas que Nissan abandonará el próximo 31 de diciembre (Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca) llega a su fin.

La mesa de reindustrialización, formada por la propia empresa, el Gobierno, la Generalitat de Cataluña y los sindicatos, acordará el próximo viernes qué proyecto de los cinco que se han postulado pasará a ocupar los terrenos de la multinacional nipona. Hasta la fecha, los proyectos con los que cuenta la mesa, asesorados por la consultora KPMG, se caracterizan por mantener la producción de vehículos. El grupo belga Punch, la compañía española Silence, el hub de descarbonización (D-Hub), así como dos automovilísticas asiáticas han mostrado interés por hacerse con estos terrenos.

Según el propio calendario de trabajo que se marcó la comisión, hasta el 30 de septiembre se llevará a cabo la selección de procesos. Solo los proyectos elegidos entrarán en la fase de negociación, por parte de Nissan, de sus activos con las empresas y, por parte de los sindicatos, de las condiciones de empleo de la plantilla necesaria.

Cinco alternativas

Entre los proyectos que se encuentran en la fase final de análisis por parte de la comisión destacan cinco. El que más interés ha mostrado en los últimos meses ha sido el Grupo Punch, quien ha prometido producir 75,600 vehículos en 2030, de los que casi 36.000 serán pick up diésel, 31.200 pick up de hidrógeno y 8.500 furgonetas eléctricas.

Tal y como reconoció a este periódico la cabeza visible de este proyecto, Andy Palmer, "la de Punch es la única oferta que asegura la producción de vehículos en Barcelona". La oferta del grupo pasa por invertir 650 millones de euros en nuevas instalaciones, productos y tecnología de hidrógeno. De hecho, la intención de la compañía es asegurar 1.000 puestos de trabajo hasta 2023 y otros 2.000 empleos hasta finales de 2025.

Otra de las propuestas es la de un hub de descarbonización. Dicha propuesta estará liderada por la ingeniería catalana QEV Technologies, la cual ha creado una alianza estratégica con Btech y Ronn Motor para quedarse con los terrenos. La alianza contempla una inversión de unos 1.000 millones de euros en los próximos cinco años y la generación de más de 4.000 empleos directos y cerca de 10.000 puestos de trabajo indirectos a través de una amplia red de proveedores y colaboradores.

Otra opción es la del fabricante de motos eléctricas Silence, que, según La Tribuna de Automoción, se encuentra en conversaciones con Seat para fabricar una versión del cuadriciclo S04. La misma publicación adelantó que una de las empresas asiáticas que ha mostrado interés por estos terrenos ha llevado a cabo una oferta en la que contempla producir 150.000 unidades y generar cerca de 2.000 puestos de trabajo en cinco años.

Ya ha superado el volumen de todo el año 2020

La planta catalana de Zona Franca ha ensamblado entre enero y julio 17.017 unidades, lo que supone utilizar el 8,5% de su capacidad anual de 200.000 vehículos. La factoría también se ha visto afectada por parones ante la escasez de chips. Pese a ello, esta cantidad es superior a los 16.602 vehículos que se ensamblaron en todo 2020, debido al cierre de la fábrica por el confinamiento y a la huelga de los trabajadores ante el anuncio de cierre por parte de Nissan. Así, en abril, junio y julio del año pasado no se produjo un solo vehículo en la planta.

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