En las últimas décadas, uno de los hábitos más comunes por los jóvenes al cumplir los 18 años era sacarse el carné de conducir. La sensación de experimentar esa autonomía al volante superaba cualquier muro que se ponía por delante, en este caso el precio tan costoso que suponía aprobar el examen teórico y, posteriormente, el práctico.
Todo esto parece que se está perdiendo con el paso de los años. El cambio generacional está cambiando progresivamente estas rutinas y podrían hacerle mucho daño al sector del automóvil en un futuro no muy lejano. Tanto es así que solo la mitad de la Generación Z (aquellos nacidos a partir de 1995) se ha sacado el carnet de conducir, frente al 81% de los 'boomers'.
Los 'boomers' (aquellos nacidos entre 1946 y 1964) son el rango de edad con mayor porcentaje de gente con carnet de conducir, más alto que los pertenecientes a la Generación X (1965-1985), cuyo porcentaje de personas se sitúa en un 78% y los millennials (1985-1995), de los cuales el 74% tiene carnet de conducir, según un estudio elaborado por la plataforma de movilidad Uber.
Respecto a los más jóvenes, en 2017 se registraron un total de 358.282 permisos nuevos, mientras que esta cifra ha bajado a 283.606 en el año 2020, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Sin duda, una tendencia (74.676 documentos menos) que va aumentando con el paso de los años.
La importancia de la movilidad sostenible
Una de las principales razones de esta bajada en la población joven se encuentra en las alternativas de movilidad al coche, algo de lo que piensa el 60,5% de los más de 2.500 encuestados. Entre ellas se encuentran los autobuses, motocicletas, cercanías, metros, VTC o taxis. Pero la opción preferida por los millennials está en los patinetes o bicicletas eléctricos (69%).
Según la Red de Ciudades por la Bicicleta, durante este año,700.000 personas se han pasado a la bicicleta. Y 371.000 han hecho lo propio con el patinete. Son cifras a nivel estatal extraídas de una encuesta realizada por GESOP en la que también se pone de relieve que, lejos de estancarse, esta marea tiene pinta de seguir creciendo. Sobre todo en Madrid, y sobre todo las mujeres.
Más motivos
Aparte de las alternativas al coche, las generaciones más jóvenes le dan más importancia al precio de compra, mantenimiento del coche y al coste de sacarse el carnet (de 670 a 1.400 euros, según la OCU), frente a las generaciones más mayores, que indican como razones secundarias motivos relacionados con la conveniencia o el trabajo.
Además, la pérdida de tiempo que implica buscar aparcamiento (96 horas al año de media), el gasto que puede suponer utilizar un parking y las restricciones al vehículo privado en ciertas zonas de una ciudad son otros motivos de los jóvenes para no sacarse el carné de conducir.