El sector de la automoción atraviesa un momento de incertidumbre, tanto en el plano productivo como en el de las redes de distribución.
Si bien en el primer caso, la salida de la pandemia está siendo convulsa debido al desabastecimiento de semiconductores que sufre todo el sector, las redes de distribución se enfrentan a un problema de digitalización el cual se asemeja bastante al sufrido por el sector bancario en los últimos años.
El sector financiero español lleva más de una década, desde inicios de la gran recesión de 2008, reduciendo su red de manera exponencial. Según los datos del Banco de España, las entidades que operan en nuestro país contaban en 2008 con un total de 270.855 trabajadores, la mayor cifra hasta entonces. Sin embargo, a cierre de 2019, último ejercicio del que el supervisor ha aportado datos, la cifra de empleados se ha reducido en 94.025, es decir, un 34% en once años. Este ajuste también ha visto su reflejo en la red de sucursales. Las entidades contaban hace dos años con 45.662 oficinas y a cierre de 2020 tenían 22.299, es decir, un 50% menos.
Concesionarios en España en 2019
Los supervisores europeos miran con el ceño fruncido al sector de nuestro país en esta materia, al ser uno de los que más oficinas tiene de toda la Unión Europea, lo que merma notablemente su rentabilidad al tener que asumir los costes de mantenimiento. Sin embargo, tras un año de pandemia, que ha tumbado la rentabilidad de las entidades por las mayores provisiones para asumir el riesgo del crédito y, a la par, ha acelerado en cinco años la digitalización de los clientes, las distintas entidades han anunciado planes de ajustes en los últimos meses que se saldarán con casi 20.000 empleados nuevos y con el cierre de unas 3.800 oficinas.

En la misma situación se encuentra la industria de la automoción, que atraviesa una profunda transformación ya no solo en sus plantas productivas, sino también en su red de distribución. La electrificación, la cual necesitará un tiempo para asentarse, unida a una digitalización, afectará al modelo tradicional de venta que los concesionarios han venido desempeñando en los últimos años. Si a esto le sumamos un menor tráfico de exposición, el camino parece todavía más complicado. Y buena prueba de ello ha sido el anuncio realizado por el grupo Stellantis esta semana. El consorcio francoitaloamericano cancelará todos los contratos de venta y distribución que tiene con sus concesionarios en toda Europa.
La visión del grupo, comandado por el portugués Carlos Tavares, es "promover un modelo de distribución sostenible apoyándose en una red de distribución multimarca eficiente y optimizada, que represente a las marcas localmente y garantice el desarrollo de las actividades de venta y posventa". Ante esta problema, los acuerdos de venta y distribución de servicios de todas las marcas de Stellantis se terminarán con un preaviso de dos años y la nueva red se seleccionará poco después, basándose en "unos factores y objetivos clave".
Según explicó el consorcio automovilístico, con este nuevo modelo "los concesionarios y las marcas de Stellantis dispondrán de un modelo de negocio nuevo y eficiente destinado a crear sinergias, optimizar costes de distribución, incrementar el grado de satisfacción del cliente y ofrecer adicionalmente oportunidades de negocio sostenibles, incluida una gama más amplia de servicios, líneas de producto, financiación y soluciones de movilidad".
329 empresas afectadas
Dicha reestructuración afectará en España a 329 empresas, de las que dependen más de 1.200 puntos de venta y posventa, y a más de 35.000 trabajadores cualificados, según datos de la patronal de los concesionarios (Faconauto). La asociación ha pedido al grupo que busque "diálogo y consenso" con los concesionarios, al tiempo que ha puesto de manifiesto la "inseguridad jurídica" que sufren las redes de venta. Por ello, considera "urgente" dotar a la distribución y reparación de vehículos de esa seguridad, de tal forma que existan unas relaciones comerciales justas, tanto para fabricantes como para concesionarios.
Lo cierto es que estas situaciones se sucederán en los próximos años por parte de los distintos grupos automovilísticos. Así, esto dejará paso a un menor número de concesionarios, los cuales tenderán a una mayor concentración, así como a una equiparación de precios en toda Europa, ya que los vehículos se terminarán vendiendo en una plataforma digital.
El propio presidente de la patronal de la distribución (Ganvam), Raúl Palacios, ya advirtió en este periódico a finales del año pasado de este proceso de reconversión al que se verían abocadas las redes de distribución. "Una de las principales consecuencias de la digitalización es que ahora mismo cualquier fabricante de cualquier cosa se puede poner en contacto directo con su cliente, puede conocerlo a fondo. Tiene que haber ahora una reconversión del sector", reconoció entonces Palacios.
Para Palacios, que los fabricantes desarrollen sus plataformas para vender de manera online "afectará directamente porque uno de los efectos colaterales de la digitalización es que elimina muchos de los procesos de intermediación".
En la misma línea se ha pronunciado en declaraciones a elEconomista el adjunto al presidente de Ganvam, Rafael Prieto, "no dudamos de las razones apuntadas por Stellantis para adoptar esta decisión y, desde luego, compartimos el diagnóstico, conscientes de que términos como concentración o reestructuración de la red cobran protagonismo para responder a una nueva realidad de mercado y a un nuevo perfil de cliente digital. El modelo cambia porque el uso cambia. Ahí tenemos la banca, que está viviendo ahora mismo ese proceso de transformación".
Ahora bien, Prieto apunta a que "hay que hacerlas con inteligencia colectiva y sin perder de vista que un anuncio de este tipo -que deja en un limbo, en una especie de pre-ERE, durante dos años a más de 300 concesionarios- puede afectar a la demanda porque el valor añadido que aporta el distribuidor al comprador es indiscutible".
Volvo venderá sus coches en el canal 'online'
Una de las primeras automovilísticas en advertir sobre la venta digital fue la sueca Volvo Cars, propiedad del grupo chino Geely. En marzo anunció su objetivo de convertirse en una empresa de vehículos "totalmente eléctricos en todo el mundo para 2030", para lo cual lanzará una nueva familia de eléctricos en los próximos años, los cuales estarán disponibles "únicamente vía 'online". Para ello, Volvo Cars "invertirá fuertemente en sus canales de venta 'online', reduciendo radicalmente la complejidad de su oferta de productos y con modelos de precios transparentes y establecidos", reconoció la marca. Por si había alguna duda, el director de operaciones comerciales de Volvo Cars, Lex Kerssemakers, explicó que "el futuro de Volvo está definido por tres pilares: eléctrico, 'online' y crecimiento". Idea que se vio reforzada por el director ejecutivo de la marca, Håkan Samuelsson, quien señaló que "para seguir siendo exitosos, necesitamos un crecimiento basado en beneficios. En lugar de invertir en un negocio menguante, elegimos invertir en el futuro, en los eléctricos y el online".