El Gobierno de España sondea a fabricantes de automóviles chinos para reemplazar a Nissan en la Zona Franca de Barcelona en caso de que la compañía japonesa decida marcharse. Así lo confirman a elEconomista fuentes empresariales, que precisan que, ante la posibilidad de que la multinacional anuncie este jueves 28 que deja la Ciudad Condal, el Ejecutivo ha emprendido una incipiente labor comercial en busca de alternativas para mantener la producción y el empleo en la planta. En paralelo, Moncloa pretende que Nissan mantenga la actividad al menos uno o dos años en las instalaciones para garantizar una transición suave.
Los contactos, según ha podido saber este periódico, se han producido con al menos tres compañías chinas. El Ejecutivo les ha expuesto las virtudes con las que cuenta la planta para productores asiáticos, tales como la producción en suelo europeo de vehículos eléctricos (la especialidad de China) y su ubicación estratégica junto al puerto y el aeropuerto de Barcelona.
La operación, además de la apuesta decidida de un fabricante, requeriría del respaldo de la administración pública para facilitar la transición entre Nissan y una nueva empresa, algo que el Gobierno de España está dispuesto a poner sobre la mesa. Un cambio de esta magnitud requeriría de plazos holgados para la salida del productor actual y la llegada del nuevo, en concreto, la continuidad de la planta en el espacio en condiciones ventajosas durante uno o dos años. El espacio de la Zona Franca lo alquila un consorcio en el que participan al 50% el Gobierno de España y el Ayuntamiento de Barcelona, un organismo que, preguntado al respecto por este diario, subraya su máxima disposición para buscar fórmulas que mantengan la actividad en el lugar.
Preguntadas al respecto por elEconomista, fuentes del Ministerio de Industria rehusaron este lunes a pronunciarse sobre sus contactos con compañías chinas. Se remitieron a las declaraciones realizadas por el secretario general de Industria y Pyme, Raül Blanco, que insistió a Nissan para que continúe en Barcelona. El dirigente advirtió a la enseña japonesa de que abandonar España (el único país de la Unión Europea en el que fabrica tras quedar fuera del espacio comunitario la planta británica de Sunderland con el Brexit) le va a salir "mucho más caro" que invertir en la fábrica de la Zona Franca. En concreto, el dirigente cifró el importe en alrededor de 1.000 millones de euros solo en costes laborales y contractuales, sin tener en cuenta los de imagen y reputacionales.
Marcharse es "mucho más caro"
"Que Nissan sepa y le quede muy claro que marchar de España y de Europa le va a salir mucho más caro que invertir en la planta de Barcelona, y por tanto, cerrar Barcelona no va a resolver sus problemas globales, sino lo que va a hacer es complicarlos", advirtió. Por contra, Blanco defendió que apostar por la creación de una nueva línea de producto para Nissan supondría una inversión de unos 300 millones de euros para la multinacional y daría viabilidad durante diez años a la fábrica.
El tono del dirigente refuerza la tesis de que sí se va a producir la marcha de Nissan de Barcelona en el marco de los ajustes globales de la compañía, que prevé 20.000 despidos, el 15% de su plantilla. Y es este posible escenario el que ha llevado al Gobierno a buscar alternativas. Si llegara a producirse la entrada de un fabricante chino, España sería uno de los primeros estados europeos en contar con la producción de un fabricante del país.
Entre los atractivos de la nación para dicho desembarco cabe subrayar el corredor consolidado de exportación de vehículos hacia Europa, algo que permitiría al fabricante colocar sus modelos en el espacio comunitario. La penetración actual de los modelos chinos es testimonial en el Viejo Continente. En España tan solo dos automovilísticas venden sus referencias. La homologación de los modelos chinos por parte de la Unión Europea se ha convertido en su principal escollo, en particular por la mayor exigencia de los estándares de seguridad de la UE.
Tanto es así que ha habido que esperar hasta 2019 para que los vehículos chinos llegasen a España. A través de la importadora Ivnvicta Motors desembarcó el primer modelo, el DFSK 580, un SUV de siete plazas, cuyo fabricante es Dongfeng -propietario del 6% de la fusión de PSA y FCA-. Además, este año, BAIC, el mayor fabricante de vehículos chinos, ha puesto a la venta en España el X55.
China quiere ampliar su cuota de mercado en Europa, algo que conseguiría con su desembarco en la factoría de Zona Franca. Para las automovilísticas chinas el coste de establecerse en España sería elevado, pero tal circunstancia no sería un problema a corto plazo para las mismas, dispuestas a pagar un sobrecoste inicial para hacerse un hueco en un nuevo mercado.
Así ha sucedido con la empresa china CATL, el mayor fabricante del mundo de baterías, que ha decidido implantar en Alemania su primera factoría, que podría estar concluida en 2022. Para ello, han llevado a cabo una inversión de un total de 1.850 millones de euros. Además, la compañía se beneficiará de la Alianza Europea de Baterías, que incentiva las inversiones en fábricas de baterías en suelo europeo.
La mina de litio de Extremadura es uno de los atractivos de España para los productores de eléctricos
Uno de los atractivos con los que cuenta España para la producción de un fabricante chino en territorio nacional es la mina de litio de Extremadura. Cabe recordar que la compañía australiana Infinity Lithium ha llegado a un acuerdo con la Alianza Europea de Baterías, gestionada por InnoEnergy, para impulsar este proyecto. En caso de que la mina llegue a ser explotada, la reserva de este elemento, necesario para producir las baterías de los vehículos eléctricos, permitiría a los fabricantes de baterías para automóviles electrificados reducir los costes de transporte y contar con un fácil acceso a la materia prima.