
Alerta roja en el sector del automóvil. Francia duda de la viabilidad de Renault, sobre la que alerta de que "puede desaparecer", mientras la japonesa Nissan contempla 20.000 despidos, el 15% de su plantilla mundial. Ambas noticias, trascendidas este mismo viernes, dan buena cuenta de la grave situación en la que se encuentra la automoción tras la parálisis provocada por el Covid-19. Y en ambos casos las consecuencias podrían ser fatales para España, que cuenta con fábricas de ambas multinacionales en apuros.
Por lo que respecta a la marca del rombo, fue el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, quien llegó a asegurar que Renault "se juega la supervivencia" y "puede desaparecer". Así lo afirmó en entrevistas publicadas por el diario galo Le Figaro y la radio Europe1 recogidas por Europa Press. En ambas subrayó que tanto Renault como los grandes constructores industriales "pueden desaparecer", por lo que el fabricante de vehículos "se juega su supervivencia".
El ministro francés explicó el grupo automovilístico pretende solicitar un préstamo con garantías estatales por importe de 5.000 millones de euros, que todavía no ha sido firmado. Para llevar a cabo esa transacción, Francia (propietaria del 15% de Renault) reclama tanto a Renault "compromisos" en tres direcciones: el desarrollo de vehículos eléctricos, el respeto de las compañías auxiliares y -el que ha hecho saltar las alarmas en España- la localización en Francia de sus actividades tecnológicas más avanzadas.
477.000 coches en peligro
Las consecuencias de un movimiento en este sentido serían dramáticas para España, que cuenta con cuatro fábricas de Renault en el país. Por lo que respecta a Renault, se trata de dos factorías en Valladolid, una tercera en Palencia y una cuarta en Sevilla, que juntas produjeron el año pasado un total de 477.000 unidades, el 16,9% del total nacional. Por suerte para nuestro país, las primeras medidas de ajuste que han trascendido por parte de Renault consisten en el recortar en plantas francesas.
De esta manera, las instalaciones de Renault en Dieppe, Les Fonderies de Bretagne y de Chiosy-le-Roi podrían dejar de operar "en un futuro próximo", según reconoció el ministro. En total, unas 1.000 personas trabajan en estas tres instalaciones del país vecino.
Mientras tanto, la planta de Renault en Flins podría dejar de producir automóviles y pasar a ser utilizada para otras tareas, como la producción de prototipos. Allí trabajan alrededor de 2.600 personas, sin tener en cuenta el personal temporal. Sobre esta última, el ministro francés señaló que "Flins no debería cerrar".
Recorte mundial de Nissan
La segunda mala noticia de la jornada llegó de la otra punta del planeta. El fabricante japonés Nissan, en el marco de su plan de reestructuración, estudia recortar más de 20.000 puestos de trabajo en todo el mundo, según manifestaron fuentes próximas a la compañía. Esta medida supondría un recorte del 15% de la plantilla de la compañía nipona en todo el mundo. Su objetivo no es otro que el de reducir costes para luchar contra el impacto de la crisis del coronavirus y la caída de las ventas, según informó la agencia de noticias japonesa Kyodo. En el marco de estos recortes, la firma analiza la posibilidad de acometer despidos en Europa y en diferentes economías emergentes, al tiempo que racionaliza sus operaciones industriales, afectadas por la situación actual del mercado.
Alerta en la Zona Franca
Como en el caso de Renault, los recortes de Nissan también pueden tener graves consecuencias para el empleo en España. Cabe recordar al respecto que el pasado 14 de mayo, el diario nipón Nikkei informó de que Nissan tiene previsto cerrar su factoría de la Zona Franca de Barcelona (donde fabrica los modelos Navara, e-NV200, Mercedes Benz Clase X y Renault Alaskan) y trasladar la producción a diferentes fábricas de Renault, una decisión que afectaría a alrededor de 3.000 empleos directos y 20.000 indirectos. Al respecto, la ministra de Industria, Reyes Maroto, afirmó este viernes en declaraciones a El Español que "el Gobierno ha presentado un plan a Nissan para que se quede en España", sin ahondar en detalles sobre el mismo.
En España, además de la planta de la Zona Franca, la marca asiática cuenta con dos fábricas de componentes en Barcelona y dos más en Ávila y Cantabria. En total, emplea a alrededor de 4.000 personas en el país. Desde el pasado 4 de mayo, los trabajadores de la compañía automovilística en Barcelona se encuentran en huelga indefinida hasta que la dirección de la compañía "clarifique" el futuro inmediato de las instalaciones.
Cabe recordar que Nissan encadena las consecuencias del coronavirus (que le ha obligado a suspender la producción en sus plantas de Japón y el resto del mundo) con la grave crisis corporativa vinculada con el caso de Carlos Ghosn, su anterior presidente, acusado en Japón de diferentes delitos fiscales.
La compañía automovilística ya anunció el pasado mes de julio su intención de reducir su capacidad de producción global en un 10% y que llevaría a cabo un recorte de plantilla de 12.500 personas para finales de 2022. Al parecer, el escenario actual ha llevado a la firma no solo a adelantar los recortes, si no a incrementar su dureza.
Los sindicatos piden la máxima implicación del Gobierno de España
Los sindicatos de Nissan en Barcelona reclamaron este viernes la máxima implicación del Gobierno para que "interceda" ante la multinacional japonesa que el próximo día 28 de mayo presentará sus planes industriales para la marca en Europa. El comité de empresa de los tres centros que la multinacional tiene en Cataluña, y que emplean a unos 3.000 trabajadores, mantendrá el próximo lunes una reunión telemática con representantes del Ministerio de Industria para abordar la difícil situación que atraviesan ante la amenaza del cierre de las plantas, lo que ha motivado que la plantilla esté en huelga indefinida desde el pasado 4 de mayo.
El paro total de la factorías responde a la presión de los sindicatos para que Nissan no abandone Cataluña. El secretario general de la sección de CCOO en las plantas de Nissan en Barcelona, Miguel Ángel Boiza, aseguró en declaraciones a EFE que si la decisión es mala el comité "seguirá peleando para revertir la situación y hacerles ver que se están equivocando".