
EAE Business School ha publicado el estudio El estado de la educación superior en el mundo bajo la dirección del profesor David de Matías. En él se analiza la situación del sistema educativo desde la primaria hasta el nivel de Máster en Europa, Latinoamérica, Estados Unidos y Asia; se adentra especialmente en España y descubre diferencias apreciables entre diferentes zonas del país.
El informe muestra que el número de matriculados en estudios de Máster está creciendo año tras año tanto en universidades públicas como privadas de nuestro país y alcanzó un total de 234.214 alumnos en el curso 2019-2020, lo que representó un aumento del 11.6% respecto al año anterior. De ellos, más del 20% son alumnos internacionales, lo que demuestra la buena reputación del sistema educativo español en este nivel.
La movilidad internacional de estudiantes ha ido creciendo desde finales de la década de los noventa de manera constante en el tiempo y actualmente las regiones con mayor movimiento entre sus estudiantes son Asia, Oceanía y Europa. Las universidades españolas, aunque acogen sobre todo a estudiantes procedentes de universidades europeas debido al programa de movilidad Erasmus, casi 32.000, el número de matriculaciones de alumnos procedentes de Latinoamérica es mayor que en cualquier otro país del viejo continente,16.000; este número se ha incrementado también en niveles de primaria y FP Grado Superior, y en menor medida en secundaria, idiomas y enseñanzas artísticas.
Según el informe de EAE Business School, las universidades de Grecia, Reino Unido e Irlanda tienen más atractivo para los estudiantes asiáticos; en cuanto a Portugal, acoge principalmente a estudiantes procedentes sus antiguas colonias en Sudamérica (Brasil) y África (Angola, Cabo Verde, Mozambique, Etiopía y Congo).
Dentro de nuestro país, las zonas que reciben mayor número de alumnos extranjeros son Baleares (14,4%), Cataluña (13,9%), La Rioja (13,4%) y Murcia (13,3%), seguidas de Melilla (13,2%), Aragón (13,1%), la Comunidad de Madrid (11,4%) y la Comunidad Valenciana (11,2%). Las que acogen menos son Extremadura (2,8%), Galicia (2,9%) y Asturias (4,1%).
A nivel de grado, el informe muestra que en la actualidad la universidad española se caracteriza por tener un alto número de matriculados, el 71,6% de los jóvenes entre 20 y 24 años están cursando este nivel de estudios, lo que sitúa a España en el sexto puesto dentro de la UE; sin embargo, desde hace seis años esta cifra está disminuyendo de manera constante. Además, en nuestro país, según indica el informe, los recursos invertidos en cada alumno matriculado es un 20% inferior al promedio de los países de la OCDE. El gasto o inversión pública en educación es muy reducido y España se encuentra entre los once países de la OCDE con menor inversión pública en el sector. Cabe destacar el esfuerzo en este sentido de la Comunidad Valenciana y Cantabria, mientras que Cataluña es la región que más ha visto reducido el esfuerzo de las administraciones públicas en materia de inversión en enseñanza superior.
Según el profesor De Matías, "la tendencia a la baja pone de relieve dos problemas latentes: el incremento del precio de las tasas de matriculación y el descenso del número potencial de estudiantes debido a las características de la pirámide de población española". A pesar de ello, en la última década las universidades españolas, tanto públicas como privadas, han aumentado su número de titulaciones a nivel de máster y de grado, un 38% las primeras y un 23,25% las segundas.
El informe de EAE muestra el alto porcentaje de aprobados en estos niveles de estudios: un 77,7% del total de créditos matriculados en los grados y un 90% en los másters. En los primeros la tasa de abandono se sitúa en el 21,5% y en los segundos en el 12,1%.
Respecto al perfil sociodemográfico de los estudiantes universitarios en España, el informe muestra una gran igualdad y equidad entre hombres y mujeres tanto en grados como en másters, aunque en términos generales, las mujeres muestran mejores resultados.
Instituciones privadas y públicas
El informe de EAE Business School, asimismo, indica la dualidad existente entre instituciones privadas y públicas en nuestro país. "La enseñanza pública, piedra angular de la educación española durante décadas, está siendo sustituida por instituciones de enseñanza privada más flexibles y ágiles, que responden más rápido a los cambios y con una oferta más cercana a la realidad empresarial", indica el profesor De Matías, "por ese motivo la matriculación en universidades privadas y escuelas de negocio va en ascenso, mientras que la pública muestra cifras negativas". Y añade: "La inversión pública debería dirigirse a los posibles empleadores mediante la creación de incentivos para la contratación de jóvenes, porque en la mayoría de los países miembros de la OCDE, el aumento del número de estudiantes en educación superior ha ido acompañado de una reducción de la proporción total de adultos jóvenes con empleo". Entre 2008 y 2018 la disminución es de 10 o más puntos porcentuales en países como España, Portugal, Austria o Noruega.
"Nos hallamos ante el reto de actualizar el método docente y hacerlo más accesible y flexible, introduciendo cada vez más la tecnología en el aula en cualquier modalidad, ya sea presencial, semipresencial u online", explica De Matías. El país que encabeza y lidera con creces esta revolución en la enseñanza es China con un sistema basado en la analítica y la comprensión de problemas para su resolución, lo que le convierte en una atractiva opción porque se encuentra más alineado con lo que el mercado profesional demanda. Además, China destina grandes inversiones económicas en infraestructuras para sacar el mayor potencial a sus ciudadanos basándose en la alta competitividad característica de las sociedades asiáticas, lo que ha hecho posible que en el último QS World University Ranking 2020 hasta doce universidades chinas hayan sido incluidas entre las 100 mejores del mundo.
Por su parte, en los últimos años los sistemas educativos europeos más exitosos se encuentran en países que han invertido en infraestructura digital, han limitado la desigualdad y han retrasado la edad en la que los estudiantes empiezan los exámenes. Este enfoque ha dado resultados satisfactorios a países como Estonia, que ahora se encuentra en la cima de la tabla en Europa. Por su parte, el sistema educativo de Finlandia está ampliamente considerado como uno de los mejores de Europa, sin embargo, su importación a un país más grande y heterogéneo puede resultar imposible, según afirma el profesor De Matías.
El informe de EAE indica que el sistema educativo español es antiguo, se ha basado en la presencialidad a fin de asegurar la calidad docente y limita la obtención de conocimientos y habilidades profesionales. La dificultad estriba en poner en sintonía la calidad docente con la empleabilidad y el desarrollo profesionales demandado por el mercado laboral, lo que supondría un paso hacia la sostenibilidad a largo plazo. Ambos ámbitos, el docente limitado y el profesional, trabajan a dos velocidades y perjudican tanto a los alumnos como a las empresas y a las propias instituciones, que pueden verse sustituidas por otras ofertas formativas. "Ahora nos hallamos en un momento crítico en el que el sistema universitario español ha de dar un paso adelante para adaptarse al nuevo escenario y no perder el rol que ha tenido hasta la fecha. Si apostamos por una sociedad del conocimiento real, las instituciones han de estar a la altura y ser catalizadoras y no barreras al conocimiento. Nunca antes la universidad española había estado en un momento tan crítico para alinear sus retos con los retos de las empresas y la sociedad".