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Aprendizajes y reflexiones sobre la enseñanza online en los colegios en tiempos del coronavirus

  • Cualquier desafío se convierte en una oportunidad más de ser creativos
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Las últimas seis semanas han transformado la vida de todo tipo de profesionales, pero de un modo especial la de docentes como yo. Con una mujer también profesora y dos niños en edad escolar, la línea que divide trabajo y vida personal se desdibuja; ambas facetas conviven en un mismo espacio en el que conviene establecer límites que protejan y respeten el tiempo que dedicamos a la familia y al trabajo.

Hablando del trabajo, estas semanas han marcado también el punto de inflexión entre la posibilidad que vislumbraban en enero las noticias que llegaban de China e Italia, y la certeza de tener que dar el salto a la enseñanza online en marzo. En un abrir y cerrar de ojos, muchos profesores hemos pasado de no haber impartido nunca clases online, a ser capaces de organizarnos, colaborar, crear y compartir materiales originales para el nuevo entorno de enseñanza, con la incertidumbre, la formación y las ganas como compañeras de viaje.

Precisamente, el programa de Desarrollo Profesional Continuo ha cobrado especial relevancia durante esta transición. La formación que recibimos semanalmente los docentes del British Council School nos ha permitido ganar soltura y asimilar como cotidianas, acciones antes casi desconocidas para la mayoría, como la de compartir pantallas, evaluar y dar feedback de muy diversas formas o hablar durante horas a través de la cámara de nuestro portátil.

Esta crisis ha aumentado el sentido de pertenencia entre los profesores

Junto con la formación, los procesos de planificación y supervisión semanales nos están permitiendo monitorizar el bienestar de los estudiantes y su progreso académico, de un modo casi idéntico a cuando acudíamos físicamente al colegio. Y es que, aunque pueda resultar paradójico, muchos compañeros docentes nos encontramos experimentando ahora una sensación de unidad más fuerte que nunca. Quizá el hecho de que compartamos recursos, buenas prácticas y consejos de manera mucho más proactiva, desde nuestros hogares, ha intensificado ese sentimiento de pertenencia y colaboración en un proyecto común, que se daba por supuesto en el día a día en el centro.

Porque, aunque las circunstancias hayan cambiado, la esencia del proyecto educativo del British Council School sigue siendo la misma, y no es otra que la de guiar, motivar, inspirar y desafiar a nuestros alumnos para que se conviertan en la mejor versión de sí mismos (nuestro lema educativo es 'Be the best you can be'). Para lograr este propósito, seguimos impartiendo el mismo currículum, a través del que se materializan nuestros valores educativos (desafío, flexibilidad, cuidado, lealtad y resiliencia), que en el entorno online cobran aún más sentido si cabe.

La enseñanza online intensifica la labor docente

Lo que sí que parece haberse transformado con el salto a la enseñanza online es la intensidad de la labor docente. Tanto es así, que entre compañeros utilizamos el símil de que "una hora de enseñanza online equivale a tres de clases presenciales". Atendiendo a las necesidades de nuestra comunidad escolar, nos hemos adaptado creando un sistema de enseñanza mixto, en el que se combinan sesiones online en torno a las materias troncales, con tiempo de trabajo offline, en el que los estudiantes desarrollan de manera más autónoma y creativa proyectos centrados en áreas curriculares más amplias.

El objetivo es proporcionar siempre al alumno tantas o más oportunidades de aprendizaje que en el sistema presencial, para que su desarrollo personal y académico no se vean interrumpidos. La creatividad, el bienestar y el apoyo a las familias son las bases para poner en marcha iniciativas educativas que hace semanas creíamos inimaginables.

Además de la parte más estrictamente académica, la celebración de festivales literarios y la organización de excursiones virtuales mantienen viva la emoción e ilusión por el aprendizaje, y los diferentes proyectos musicales y de educación física consiguen un equilibrio ideal entre actividades presenciales y online. El desarrollo de vídeotutoriales y masterclasses sobre repostería, ciencia, dibujo o cuentacuentos, protagonizados por nuestros profesores, han supuesto una vía de entretenimiento para los estudiantes durante las vacaciones de Semana Santa. Les han invitado a descubrir nuevas aficiones, a aprender sobre ellas y a compartirlas con sus compañeros y profesores.

Para profesores como yo, cualquier desafío se convierte en una oportunidad más de ser creativos y de descubrir nuevas maneras de inspirar a nuestros alumnos.

La flexibilidad del entorno online beneficia la autonomía del estudiante

Ese es el espíritu de comunidad y curiosidad que nos esforzaremos por seguir manteniendo vivo cuando volvamos a la normalidad. Hasta que llegue ese momento, seguiremos explorando cómo la flexibilidad del entorno online es beneficiosa para la autonomía de los estudiantes y cómo ha favorecido la participación de algunos de ellos, que hasta ahora se habían mantenido en un segundo plano.

Esta experiencia también nos está confirmando lo que ya sabíamos, que la relación de confianza que se forja entre estudiante y profesor, año tras año de trabajo juntos, será difícilmente reemplazable por el proyecto más ambicioso de Inteligencia Artificial.

Elaborado por Sam Inder, profesor de Primaria en el British Council School

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