Ecoaula

¿Qué pasaría si...?

  • La educación en España tiene problemas estructurales
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Escribo estas líneas en pleno confinamiento y probablemente la carga de intencionalidad que se pueda desprender del texto esté influenciada por esa ambivalencia que se sitúa entre lo emocional y lo racional.

Es difícil en estas circunstancias de aislamiento tomar distancia e intentar dar alguna receta que arregle este desaguisado en el que nos ha metido el Coronavirus, el Covid-19 o comoquiera que se llame a partir de ahora. He utilizado para titular el texto la propuesta que hace tiempo nos hacía el maestro Gianni Rodari a los educadores en su libro "Gramática de la Fantasía: ¿Qué pasaría si…?" Y con esta perspectiva se me ocurre que, en el campo de la educación, podríamos utilizarlo frecuentemente: ¿Qué pasaría si, por encima de los intereses generales, nos centráramos en los intereses de la infancia; si por una vez diéramos verdadera voz a los expertos de la educación como son los maestros y maestras; si consideráramos a la escuela como una verdadera oportunidad para todas y todos y la única institución que, de manera consciente, organiza su trabajo en pos de la educación de las niñas y niños; si la inversión en educación no fuera un tema recurrente en momentos puntuales y un arma arrojadiza en la que nadie se siente responsable de lo que hace o hizo; si un día nos sentáramos a hablar de educación sin ningún tipo de planteamiento previo y partidista que cierre cualquier atisbo de acuerdo; si pensáramos que la diversidad del alumnado no es un problema sino una posibilidad de crecimiento para la escuela y la sociedad; si atrajésemos a la escuela a las familias para crear juntos un foro de participación y discusión sobre el bien más preciado, la infancia, que tiene la escuela y las propias familias, si de una vez aclaramos que en la educación y el aprendizaje la exclusividad no la tiene la escuela? Si… Si…

Pasemos de la ficción a la realidad. El virus ya ha creado demasiadas diferencias y, probablemente, no todos vamos a salir de la misma forma por lo que habrá que estar atentos a los efectos no deseados. La educación en España tiene problemas estructurales: altas tasas de abandono y de repeticiones, escasa inversión…

Pensemos que, al margen de las medidas excepcionales que se tomen ahora, la oportunidad la tenemos en el futuro: ¿Qué educación queremos? ¿Debemos cambiar? Sobre ello hay un consenso más o menos generalizado, pero no nos ponemos de acuerdo sobre cómo hacerlo. Mi propuesta particular se centra en la necesidad de buscar herramientas que posibiliten una clara sensibilidad a la diversidad y a las circunstancias individuales de la infancia y de sus familias, pero siempre teniendo en cuenta la responsabilidad colectiva respecto de la educación. Debemos pensar que la escuela y lo que dentro de ella ocurre contribuye al desarrollo de proyectos sociales, culturales, políticos y económicos, pero, por encima de ello, las instituciones educativas deben convertirse en una forma de visibilizar y potenciar la inclusión y la participación de las niñas y niños en la escuela, en su barrio, su ciudad, en la sociedad.

La infancia perdona y no juzga pero, ¿qué pasaría si…?

Elaborado por José M. Osoro Sierra, Universidad de Cantabria

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