
La falta de empleo se ha convertido en el mayor miedo de los universitarios actuales. El desarrollo del mercado laboral y las, cada vez más exigentes, cualidades y capacidades hacen que sea todo un desafío salir de la universiadad con un puesto de trabajo decente. El informe de la Universidad Española en Cifras (UEC) 2019 ha analizado las preferencias de los universitarios al salir de las carreras formativas. Según la investigación, desde la perspectiva de la sociedad en su conjunto, se espera que las universidades cumplan la función de proveer de profesionales competentes para desempeñar los puestos de mayor cualificación técnica y competencial que requiere el mercado laboral del país.
Las principales conclusiones indican que los trabajadores con Educación Superior mejoran su empleabilidad un 17,4% respecto a la del mercado de trabajo en general, frente a un 11,3% en la OCDE y un 12,4% en la UE-23, y su tasa de desempleo es un 39,2% menor respecto a la que sufren los trabajadores con Educación Secundaria Superior. Los datos indican que a partir de 2014, la situación mejoró y se crearon más de 2.000 empleos de los que la mitad han sido puestos de trabajo con requisitos de formación superior. La Universidad no solo no ha sido una fábrica de parados, sino que durante la crisis y la posterior recuperación ha creado empleo y ha reducido el paro.
No obstante, los primeros años de los universitarios son bastante duros en cuanto a la búsqueda de empleo se refiere. El primer fallo son los contratos de temporalidad que reciben y las condiciones precarias que les ofrece el mercado. En este informe se han indicado dos acciones que deben empezar a realizarse en el ámbito universitario: mejorar la información y la orientación sobre la empleabilidad y limitar la oferta de titulaciones y de plazas en las mismas, en aquellas enseñanzas que registren una baja inserción laboral o baja calidad de la inserción.
Numerosos estudios avalan a los ámbitos tecnológicos, sanitarios y empresarial como los que encabezan la clasificación de las áreas con más salida profesional. Concretamente, las veinte carreras universitarias con mayor proyección en el mercado laboral son Ingeniería del Software, Odontología, Enfermería, Medicina, Matemáticas, etc. En cuanto al empleo en un futuro próximo parece que todos los informes coinciden: las disciplinas STEM y las carreras relacionadas con las ciencias de la salud tendrán una tasa mayor de empleo en un futuro próximo.
Cambiar el 'modus operandi'
La Universidad y la inserción laboral nunca han estado excesivamente ligados, pero las instituciones educativas se ven con la obligación de cambiar la forma en la que imparten las materias por las exigencias que les llegan desde las empresas: perfiles más preparados para la realización de diferentes tareas. Según el estudio "Itinerarios de inserción laboral y factores determinantes de la empleabilidad: Formmación universitaria versus entorno", en la actualidad la inserción laboral de los titulados universitarios se enfrenta en todas las regiones a los desafíos tecnológicos y a la digitalización. Por ello, las características de los puestos de trabajo a ocupar ya no son las mismas que antes y el desafío para los sistemas educativos, los individuos y la sociedad es tratar de organizar la formación en este escenario para el desempleo de un número creciente de ocupaciones nuevas y en continuo cambio.
A pesar de que la función de la universidad siempre fue la de transmitir conocimientos, yo en día los empleadores revelan que es necesario que sus funciones se amplíen, como la de transmitir las habilidades blandas. Además, recomiendan mejorar y ampliar la información a las familias y estudiantes respecto a las habilidades y capacidades, capacitar al profesorado actual para poder formar y evaluar en competencias transversales o intensificar las prácticas y estancias en empresas, entre otras.