Divisas

El euro es la divisa más fuerte en 2017, salvo frente al peso mexicano y al rublo

  • La divisa continental se revaloriza frente a 9 de las 10 monedas más negociadas

El liderazgo que ha exhibido la divisa continental frente al billete verde en los últimos meses se ha trasladado también a su cruce frente a las otras diez divisas más negociadas del mundo.

Se anota avances frente a todas ellas, con la única excepción del peso mexicano, ante el que se deprecia un 3,1 por ciento en lo que va de año. La moneda del país centroamericano resiste al mandato del republicano y ya se encuentra a un 4,4 por ciento de situarse a sus niveles previos a la victoria de Trump en EEUU. El peso ha logrado reducir una brecha que se llegó a ensanchar un 16,5 por ciento en diciembre, gracias a las sucesivas subidas de tipos del banco central de México (ha elevado los tipos de interés desde el 4,75 hasta el 6,5 por ciento durante el periodo), y por la paralización del proyecto de construcción del muro en la frontera de Estados Unidos con México que Trump defendió en campaña. Ahora se prevé que no se lleva a cabo hasta, como pronto, 2018.

El yen y la libra esterlina, que ocupan el tercer y el cuarto puesto en la clasificación de las monedas más líquidas, son las que menos padecen la fortaleza del euro. Apenas se deprecian un 0,1 por ciento en lo que va de año. La divisa nipona es capaz de seguir el ritmo del euro, debido, por un lado, a la recuperación de la economía japonesa (que ha encadenado cinco trimestres consecutivos al alza) y, por otro, a la debilidad de un dólar que ha disminuido el atractivo del carry trade (los inversores japoneses históricamente han comprado activos extranjeros para blindarse del persistente debilitamiento de su moneda).

La libra, por su parte, ha logrado contener la hemorragia que le había llevado a ceder un 11 por ciento en su cruce frente al euro desde que el referéndum para la permanencia en la Unión Europea que tuvo lugar el 23 junio del año pasado se saldase con el sí al Brexit. La convocatoria de elecciones, que previsiblemente reforzarán a Theresa May y al Partido Conservador en sus conversaciones con la Unión Europea para acordar un Brexit blando y mantener así un trato comercial preferente, unido al discurso del Banco de Inglaterra, partidario de subir tipos para contener el repunte de la inflación, han dado argumentos a los alcistas en la divisa.

Por el contrario, la peor parte se la llevan aquellas monedas que cuentan con mayor exposición a las materias primas y que se han visto golpeadas, una vez más, por el mal arranque de año de las commodities. El dólar canadiense se lleva la peor parte, tras ceder un 7 por ciento en lo que va de año. Mientras, sus pares oceánicos, el dólar neocelandés y el australiano, sufren un descenso del 5,2 y del 2,8 por ciento, respectivamente, frente a la divisa continental.

El yuan ya no inquieta

Mención aparte merece el yuan chino. Sin levantar tanto revuelo, ya se deprecia un 4,4 por ciento frente al euro en lo que va de año y, de este modo, amplía su terreno perdido desde las devaluaciones del mismo en verano de 2015 a un 12,9 por ciento. Sin embargo, a diferencia de entonces, este debilitamiento no ha tenido repercusión en la bolsa, si bien es cierto que el temor a una contracción del crédito en China es la principal inquietud para los gestores, según la última encuesta de Bank of America Merril Lynch. El congreso quinquenal que celebrará el Partido Comunista en otoño será clave para conocer las prioridades económicas del régimen.

Rublo y real, cara y cruz

Entre las divisas menos negociadas, el real brasileño es el que se lleva la peor parte. La incertidumbre política que vuelve a ondear sobre el país después de las polémicas grabaciones de Michel Temer ha pasado factura sobre la divisa. Si antes del escándalo el real brasileño se dejaba un 2 por ciento frente al euro, ahora ya amplía su sangría en el cruce hasta el 9 por ciento. El peso argentino, por su parte, se deja un 6,4 por ciento frente al euro, mientras que el rand sudafricano ha pagado la incertidumbre política en el país -el ministro de finanzas fue destituido y ya han pasado cuatro personas por el cargo en los últimos tres años- y se deja un 3,5 por ciento.

El rublo ruso logra desmarcarse de esta tendencia y se revaloriza un 1 por ciento frente al euro. Desde que Trump se impuso en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la divisa se ha embarcado en una subida que lo ha llevado a apreciarse un 10,6 por ciento frente al euro. Algo que, sin embargo, ha pasado factura sobre la renta variable del país. El índice de referencia en el país, el Micex, se ha perdido el rally alcista que ha vivido la renta variable en los últimos meses y, desde el triunfo del republicano, se mantiene prácticamente plano: retrocede un 0,1 por ciento.

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