
La libra vive momentos convulsos desde el Brexit. La inesperada votación a favor de que el Reino Unido abandonara la Unión Europea provocó un hundimiento sin precedentes de la divisa británica: el viernes perdió un 8,05% (datos de Bloomberg), el doble que el famoso Miércoles Negro de 1992, cuando el inversor George Soros se convirtió en el hombre que batió al Banco de Inglaterra. Pero si miramos a la historia, la libra vivió días peores, especialmente el 19 de septiembre de 1949.
El pasado viernes 24 de junio muchos titulares rezaban: "La mayor caída de la historia de la libra". Técnicamente, no era del todo correcto, aunque sí se podía aceptar asumiendo como 'historia' el periodo posterior al colapso del sistema monetario de Bretton Woods en 1971, cuando el entonces presidente de EEUU, Richard Nixon, decidió que el dólar dejara de estar ligado al oro, desmantelando de manera efectiva el sistema cambiario mundial que regía desde el fin de la II Guerra Mundial.
Así, ampliando el enfoque, se puede afirmar que la divisa británica 'solo 'sufrió la novena peor caída de siempre, como explicó Jim Reid, estratega de divisas en Deutsche Bank, quien cifró la caída del viernes pasado en 7,64% (datos de GFD). Entre ellas, por ejemplo, un hundimiento del 9,79% en plena guerra en 1940 o un 23,57% cuando Reino Unido decidió abandonar el patrón oro en 1931, en plena Gran Depresión.
Pero la peor de todas fue ese 19 de septiembre de 1949. Reino Unido estaba inmerso en una crisis económica, con una deuda disparada y un gran déficit por cuenta corriente, pagando las consecuencias de la II Guerra Mundial.
Precisamente entonces el sistema monetario de Bretton Woods, introducido en 1944 y en el que se creó el Fondo Monetario Internacional (FMI), estaba todavía ajustándose y ese día Reino Unido se vio forzado a devaluar su moneda un 30% frente al dólar: de cambiarse a 4,03 dólares a 2,8 dólares por libra. La divisa británica llevaba desde 1940 anclada al dólar, pero el país se vio incapaz de mantener ese anclaje ante las dificultades económicas.
Adiós a la libra como referencia internacional
Esta devaluación fue propiamente el reconocimiento del dólar como la moneda internacional para el comercio, reemplazando precisamente a la libra. No hay que olvidar que el sistema monetario surgido de Bretton Woods anclaba el dólar con el oro y al resto de monedas con la divisa estadounidense.
Aún así, el sistema mantenía la libra como moneda de reserva (es decir, todos los países del sistema tenían que aceptar libras en los pagos de deuda), pero pronto fue evidente que no funcionaba. La economía británica todavía trataba de curarse las heridas de la guerra, y muchos países optaron por convertir sus libras de reserva en dólares, añadiendo presión, ya que el Banco de Inglaterra tenía que mantener el tipo de cambio con el dólar que se había establecido en 1940.
Además, ese tipo de cambio reflejaba una fortaleza que la economía no tenía, dañando las exportaciones británicas. Incluso los bancos ingleses preferían dólares. Como era previsible, pronto los inversores se unieron, vendiendo libras en el mercado.
Finalmente, Reino Unido se rindió a la evidencia y tuvo que devaluar ese 30% que ha quedado en los anales de la historia como el peor día de la libra británica. Pero tampoco pasó demasiado tiempo sin sufrir otra dramática devaluación: en 1967, el entonces presidente Harold Wilson tuvo reducir el valor de la libra un 14%, de 2,8 a 2,4 dólares, otro día que fue peor que el Brexit.