Distribución

Ferrer busca un 'caballero blanco' para evitar que Henkell compre Freixenet

  • La familia mayoritaria podría aceptar el relevo del consejero delegado
  • El presidente de honor se acerca a bodegas nacionales e internacionales
Fábrica de Freixenet.

La familia Ferrer, accionista mayoritario de Freixenet con el 42% del capital, está buscando un caballero blanco que entre en la compañía y evite así que el grupo alemán Henkell se haga con el control. Según han confirmado distintas fuentes, la búsqueda se lleva a cabo después de que el presidente de honor de la empresa, Pedro Ferrer, no haya conseguido encontrar financiación para lanzar una oferta sobre el 51% del capital por 233 millones de euros.

El problema de fondo es que las tres ramas familiares de Freixenet se han posicionado de manera diferente frente a las opciones de venta y, mientras que Josep Ferrer y sus hijos han apostado por mantener el control, el director financiero del grupo, Enrique Hevia, y sus hermanas, que tienen un 29% del capital, son partidarios de vender. Los hermanos Bonet, con el resto de las acciones, han tomado por su parte opciones diferentes, aunque el presidente del grupo, José Luis Bonet, y su hermana Pilar, propietarios del 7,5% cada uno, optan por la continuidad.

Ronda de contactos

Las fuentes consultadas aseguran que los Ferrer habrían contactado ya con varias empresas, incluidas bodegas españolas e incluso, según se especula en el mercado, con el grupo de bebidas japonés Suntory, propietario de Schweppes. Uno de los puntos débiles de Freixenet es la distribución internacional, por lo que además de buscar un socio financiero, la entrada de un accionista ajeno a la familia es una oportunidad para ayudar a impulsar las ventas del grupo de cava en el extranjero.

Henkell cuenta con este perfil, aunque, las fuentes consultadas señalan que la alemana podría no estar interesada en quedarse en minoría en el capital, tal como se había planteado en un principio.

Para facilitar la operación y conservar la mayoría en el capital, los Ferrer podrían estar dispuestos a ceder la gestión y sustituir al actual consejero delegado, Pedro Ferrer, por un profesional ajeno al entorno familiar. Además, esa pretensión también coincidiría con la del Gobierno catalán, que vería con mejores ojos una oferta de un grupo que no fuera extranjero.

En Freixenet insisten, no obstante, en que "hay una armonía familiar total" y que lo que se está haciendo en este momento es dialogar entre todas las partes ante la oferta presentada por Henkell sin plantearse la entrada de nadie más ni sustituir al consejero delegado de la empresa.

El grupo bodeguero alemán ha estado revisando durante los últimos meses los resultados de Freixenet del ejercicio cerrado a finales de abril. Las cuentas todavía no son públicas, pero Freixenet podría haber duplicado los beneficios, hasta unos 4 millones de euros, gracias especialmente a la recuperación de las ventas en Alemania durante la campaña navideña de 2015.

No obstante, hay que tener en cuenta que en 2014 registró los peores resultados de su historia y que la facturación consolidada se había resentido, justo por la mala acogida de una poco acertada política de subida de precios en este mercado en concreto.

Pendientes del consejo

Después de que el pasado 10 de noviembre la junta de Freixenet aprobara las cuentas cerradas en abril, la siguiente cita clave es la reunión del próximo consejo de administración, pendiente todavía de convocatoria. Esta reunión es importante porque en ella se podría tanto valorar la oferta de Henkell, como discutir un posible cambio de consejero delegado.

Según se ha publicado, el cisma familiar comenzó precisamente cuando Enrique Hevia planteó que quería desinvertir, porque no estaba de acuerdo con la gestión de la rama de los Ferrer. Impulsar un relevo de este tipo podría ser un gancho para intentar que Hevia no fuerce la venta.

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