
El crecimiento meteórico del fútbol femenino es evidente. Alzado por la concienciación, el auge de los movimientos feministas en pos de la igualdad de género y el acontecimiento que ha supuesto el Mundial ganado por EEUU significan argumentos de peso para que el balompié de las féminas se haya ganado un puesto que, por derecho, ya era suyo. Sin embagro, aún queda mucho camino por recorrer en lo económico. Y el patrocinio lo explica.
En el fútbol femenino, el patrocinio estaría infravolarado en 893 millones de euros, de acuerdo con la consultora Brand Finance, que estima el valor de este patrocinio en 1.071 millones de acuerdo con los actuales acuerdos, referencias de otros contratos en el mundo masculino o el rendimiento de los eventos en términos de audiencia, entre otros.
Esta diferencia señala de manera directa a clubes y anunciantes, que no adecúan las tarifas al valor de un producto en progresión.
Para Brand Finance, la finalización del Mundial, que ha devuelto el protagonismo antes privado al fútbol femenino, será clave para que se recupere esa brecha de valor respecto al valor real del patrocinio.
En España, la RFEF (Federación Española de Fútbol) ya viene advirtiendo de que el 'fut-fem' empieza ahora a ser un negocio que podría triplicar los ingresos de un año para otro. En EEUU, reciente campeona, los ingresos también se dispararon desde que ganasen la edición de 2015.
El factor clave, en este sentido, será el atrevimiento. Las primeras marcas en sumergirse en valores más actuales y en actualizar sus contratos o firmar nuevos a la alza serán las primeras que se expondrán a un mercado nuevo, pero que promete convertirse en un caladero a tener en cuenta.